Capitulo 37

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Paulo sentía su sangre hervir al pensar en Antonella, sabía que podía ser una perra pero esta vez se había metido con una de las personas más sagradas para él.

—Gracias Marcel; quiero ese informe lo antes posible en mi oficina— y con eso colgó, se sentía furioso.

¿Por qué Antonella hizo eso?, él sabe cómo es ella ya que están calados del mismo molde; pero jamás la encontró capaz de tal bajeza.

Nahuel salió de la habitación y encontró a Paulo apoyado en una de las paredes, el noto que su amigo estaba ausente.

—¿Que pasa Paulo?— pregunto Nahuel, preocupado por su expresión.

Paulo se giró a mirar a su amigo y negó con la cabeza.

—Nada que no pueda solucionar— dijo Paulo seguro de sus palabras, si algo mueve este mundo son los contactos y el dinero...y el posee ambos.

Entro a la habitación de Oriana justo para ver a Dolores despedirse de su esposa.

—Si necesitas cualquier cosa, estaré pendiente por tu llamada. Debes de guardar reposo, que llevas a mi sobrino en tu vientre— le dijo Dolores en forma de regaño.

—Lo se Dolo, y me cuidare. Te lo prometo— le dijo Oriana.

—Me vengo a despedir— dijo Nahuel entrando después de Paulo— Espero que te mejores, y debes de guardar reposo, así cuando dejes a Paulo y nos casemos en secreto estarás en buena condición— dijo Nahuel bromeando a lo que todos menos Paulo rieron.

—Sigue soñando amigo— aseguro este último.

Oriana tuvo que permanecer en observación hasta el día siguiente, ella estaba deseando irse del hospital, siempre ha sido una mujer activa y estar postrada en la cama sin hacer nada le molesta.

Paulo prohibió la entrada de Tiziana Sabatini a la habitación de su esposa, no se arriesgaría a dejarle algún cabo suelto a la víbora de su cuñada.

Cuando le dieron el alta, Paulo la llevo directamente a su casa, él quería que ella se relajara pero sabía que debía decirle lo que averiguo.

—¿Estas cómoda cariño?— le pregunto Paulo una vez se encontraba en la cama.

—Si Paulo— le dijo Paige exasperada, era la tercera vez que le preguntaba.

—En el hospital... hablamos que nada de secretos y... debo confesarte un par de cosas— empezó a decir Paulo serio, poniendo tensa a Oriana.

—¿Que sucede Paulo?— dijo Oriana colocándole la mano en el rostro.

—Debido a lo sucedido con los Gatti, mande a investigar a las personas en común entre ellos y nosotros, entre ellos tu familia y a ellos directamente— Paulo suspiro— a los Gatti les fueros enviadas unas series de fotos de Mía, la persona que se las envió fue... Antonella.

Oriana se quedó confundida, ¿Antonella?

—¿Qué?, pero ¿porque?, no tiene sentido.

—El motivo, no lo sé; pero te prometo que esto no quedara así.

El suspiro, esa era la parte fácil. Ahora venía lo peor.

—También...debo decirte que... a raíz de esto, ellos le pidieron a tu hermana información sobre nosotros y nuestra hija.

—¿Tiziana les ayudó?— pregunto asustada.

Oriana sabía que su hermana podía ser una víbora si se lo propone, pero ayudar para que le quiten a su hija...

—Ya me encargue de eso, te juro que ni tu hermana, ni Antonella, ni nadie interferirá más.

Oriana se sentía preocupada, sentía que todos la querían separar de Paulo y de Mía.

Casada con mi jefe | Dybatini - TERMINADAWhere stories live. Discover now