Capitulo 29

9.5K 337 13
                                    

Oriana no logró contener una lágrima que rodó por su mejilla.

—No lo puedo creer...— dijo con la voz ronca de la emoción.

—Oriana, no. No entiendes; el me apoyo por ti.

¿Que?

— ¿Por mí?— ella no entendía, ¿a qué se refería?

—Él está mal Ori, después de tu partida papa se deprimió, muchas veces trato de hablar contigo pero Mamá no se lo permitía alegando que habían hecho lo mejor para ti.

Oriana estaba impactada. Su padre había tratado de ponerse en contacto con ella.

— ¿Él ya está mejor? — pregunto Oriana repentinamente preocupada por la salud de su padre.

—Ya está mejor, pero siempre para estas fechas se desanima, ya que pronto será el aniversario de tu partida y tu cumpleaños por cierto. Con Tiziana tratamos de animarlo pero... no es lo mismo.

Oriana se sentía confundida, era muchas información para un sólo día.

— ¿Por qué me cuentas todo esto ahora?— ella ni entendía lo que su hermano quería lograr.

—Dentro de un par de semanas habrá un almuerzo en Rosario... yo quiero que vayas.

La palidez en el rostro de Oriana preocupó a Lizardo, jamás había visto a su hermana tan mal.

—Yo...yo no...— trato de responder pero el nudo en la garganta no la dejaba hablar.

—No Ori... no lo decidas ahora. Piénsalo bien, creo que es el momento de hablar todos como familia; Mía tiene el derecho de conocer a sus abuelos...

—No llevare a Mía conmigo — dijo Oriana colocándose seria repentinamente— En Rosario están los padres de Camila. Los abuelos biológicos de mi hija, los mismos que la negaron al nacer. Ellos no merecen estar cerca de Mía.

¡Por Dios!, Lizardo había olvidado ese detalle. Los señores Gatti eran prácticamente vecinos de sus padres, su madre le había contado que hace tiempo los señores habían tenido problema con Camila, pero nunca le informaron su muerte.

—No la lleves, este almuerzo será para aclarar todo Ori. Piénsalo; sé que nuestros padres actuaron mal pero dales una oportunidad, si no pasaras la vida reprochándote el no habérselas dado.

Lizardo tenía razón, pero tenía miedo. Ya fue rechazada una vez, y no está segura de aguantar una segunda.

—Lo pensare, es lo único que puedo prometerte en este momento— le dijo cruzando los brazos en su pecho tratando de protegerse.

—Es lo único que te pido, gracias Ori.

Le paso su brazo por los hombros y la abrazo, él quería ver a su familia unida de nuevo.

Siguieron caminando unos minutos más antes de volver con los demás, al parecer Clara y Nahuel se habían retirado ya.

Scott y Paulo mantenían una interesante conversación sobre los índices de crecimiento de Publicity Morrison.

Paulo al ver a Ori supo que algo andaba mal, el conoce a su esposa y ese brillo de alegría en su rostro no estaba, se disculpó con Scott y se acercó a su mujer.

— ¿Disfrutaron su paseo?— pregunto tratando de parecer natural y no atacar a Oriana con preguntas sobre su estado.

—Sí, teníamos mucho que hablar— respondió Lizaedo— Bueno, creó que ya es hora de retirarnos, ha sido un día largo y debemos descansar.

Casada con mi jefe | Dybatini - TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora