Capítulo 6

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Era su hermana.

¡Por Dios! Mi cara ha de ser un poema. Cuando Miranda hablo de una chica hermosa, pensé que me lo decía para molestarme. No esperaba encontrarme con la hermanan de mi jefe.

Me repuse lo más rápido posible y le ofrecí la mano y le dije.

—Un gusto señorita Morrison, soy Oriana Sabatini— dije con toda la tranquilidad que logre reunir, pero ella ignorando mi mano me abraza.

—El gusto es mío Oriana, por favor dime Dolores—ella me soltó, pero agarró mis manos— la mujer que cazó a mi hermano merece toda mi admiración. — me dice Dolores mientras se pone a reír y mira a Paulo con una mirada burlona.

—Déjate de juegos Dolores, vas a asustar a mi prometida— dice Paulo.

—¿Sabes Paulo? siempre has sido un amargado, no entiendo que vio Oriana en ti— le respondió Dolores.

Yo estaba impresionada, primero conocí a mi futura cuñada, segundo ver a alguien tratar así a Paulo es increíble.

—Un gusto conocerte Oriana— respondo con lo único que se me vino a la cabeza.

Paulo se acercó a nosotras y me tomó de la cintura pegándome a él. Era su hermana y debíamos parecer una pareja enamorada frente a ella.

—Bueno Dolo si eso era todo, Oriana y yo tenemos que seguir trabajando, nos vemos en la noche.

—¿Es idea mía o me estás echando?— le dijo Dolores con una ceja enarcada y la diversión pintada en sus ojos.

—¿La verdad?, sí—Paulo se alejó de mí y abrazó a su hermana— cuídate Dolo y no te preocupes, llegaremos a la cena.

Cuando se separaron, Paulo regresó a mi lado.

—Más les vale, desde que mamá recibió tu llamada de que organizara la cena para presentarnos a Oriana está como loca dando órdenes por todos lados, quiere que todo salga perfecto— nos dijo con una sonrisa en su rostro.

— puedes decirle que esté tranquila, hoy conocerá a mi prometida.

— Debes de saber que esta algo fúrica por que se enteró por el periódico y no por ti; así que prepárense para un tercer grado hoy en la noche— explico mientras se colgaba su bolso al hombro— Oriana, me alegro de haberte visto, espero que nos lleguemos a conocer y llevarnos bien— me dijo mientras se despedía de mi con un abrazo.

— Yo también Dolores, fue un gusto conocerte.

—Bueno, ahora si me voy— abrió la puerta y en el umbral de esta nos dice— los dejare solos en tú oficina, así que nada de porquerías, si no, usen protección- nos guiño un ojo- nos vemos— y con esto cerró la puerta mientras reía.

¡Oh Por Dios! Esto es más vergonzoso que lo que pasó ayer, estoy segura de que todos mis compañeros de este piso escucharon lo que la hermana de nuestro jefe dijo.

Paulo se alejó de mí, sin decir nada y se sentó en su escritorio, lo seguí y me senté enfrente de él.

— ¿Para qué me necesitabas Paulo? — le pregunté.

—Necesito hablar contigo sobre esta noche, lo que dijo Dolores es cierto. Mis padres preguntarán sobre nuestra relación y no podemos permitir fallos.

Para ser sincera, no había pensado nada de "nuestra historia".

—Y... ¿Qué has pensado?

— ¿Desde cuándo trabajas en la empresa? —me preguntó dejándome confundida, ¿eso de qué servía?

Casada con mi jefe | Dybatini - TERMINADAWhere stories live. Discover now