Capitulo 12

9.4K 328 24
                                    

Maratón 1/3

Tenía tiempo de no dormir tan bien, pero sentía calor, mucho calor. Me empecé a despertar y noté que estaba paralizada, mis piernas no respondían. Abrí los ojos asustada y fue ahí donde me di cuenta que era algo lo que me tenía pegada a la cama.

¡Por Dios! Era Paulo, me tenía abrazada a su cuerpo, su cabeza se encontraba apoyada en mi pecho y mis manos se encontraban en su espalda y...

¡OH DIOS, ESTABA SIN CAMISA!

Sentía como mi respiración comenzaba a acelerarse, baje mi mirada con cuidado y note que él seguía profundamente dormido. Su rostro se encontraba relajado y apoyado sobre la cima de mis senos. Se veía tan tranquilo...pero debía moverlo.

—Paulo—le susurré tratando de moverlo— Paulo despierta por favor.

Era inútil, no se despertaba, empecé a moverlo pero solo logré que me abrazara más fuerte y su cabeza terminara en el hueco entre mi hombro y mi cuello.

—Paulo muévete— solté un gruñido de frustración.

Este hombre duerme como una roca, empecé a acariciar su cabello esperando hacerlo reaccionar, estar con él de esta manera se siente... bien, me hace sentir protegida...

¡Pero esto está mal!

Nunca podremos estar en la misma página, él es demasiado estricto y ordenado mientras que yo soy un desastre con piernas.

—Paulo muévete— exigí empujándolo tratando de quitarlo.

—Hueles bien— susurro.

— ¿Estas despierto?— continúe tratando de quitarlo de encima.

—Deja de moverte Ori, quiero seguir durmiendo— me dice abrazándose a mi cuerpo.

—Aléjate Paulo, me prometiste que dormirías en el sofá— afirme molesta logrando apartarlo, él se apoyó en sus antebrazos y se alzó sobre mí.

—Alto, yo no te prometí nada; fuiste tú la que ha supuesto que dormiría ahí toda la noche—agarro mis manos ya que estás lo empujaban y las coloca a cada lado de mi cabeza quedando nuestros rostros muy cerca.

—Utiliza la lógica Paulo, cualquier hombre en nuestra situación hubiera permanecido en el sofá.

— ¿No crees que eso es generalizar mucho? La mayoría de los hombres que yo conozco no hubieran aguantado ni una hora, yo aguanté dos— exclamo orgulloso con una sonrisa en sus labios.

—Eres incorregible, suéltame ya— le digo enfadada.

—Como tú acabas de aceptar... soy incorregible, así que no acepto órdenes de mi empleada...

— ¡Tu prometida!— lo interrumpí— No olvides que soy tu prometida.

—Pero no por petición propia, créelo, tú no eres mi tipo.

— ¿Ah sí? Entonces cuáles son tu tipo ¿Descartables? ¿Con falta de juicio? ¿Con...

—Maduras, que sepan que no les puedo dar más que algunas noches de placer.

—Me das asco. —estalle debido a su poco tacto. Es un imbécil.

— ¿En serio te doy tanto asco? ¿Comprobamos si es cierto?— susurro acercándose a mí, manteniendo mis manos sujetas.

—Alejat....

Sus labios evitaron que termine la oración, traté de alejarme pero en el momento que sentí sus labios, sabía que había perdido.

Casada con mi jefe | Dybatini - TERMINADAWhere stories live. Discover now