Capítulo 7 | La prima

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Paso la tarde merendando y hablando con Kyle, por alguna razón me recuerda a cuando pasaba las tardes merendando galletas con Lily, frente a la televisión, mirando "¡Hey, Arnold!"

Subo rápidamente a mi habitación a buscar el cargador de mi celular, y cuando bajo veo a mi madre y a Kyle hablando de manera cómplice en la cocina, pero cuando notan mi presencia se callan.

―¿Qué pasa? ―pregunto, sorprendida.

―Nada, hija ―me dice mi madre, sonriendo―. Sólo estaba asegurándome de que la mamá de Kyle estuviera bien. No hemos vuelto a hablar desde el incidente del cabello de Kyle.

―Desde que discutieron ―puntualizo.

―Por tu culpa ―agrega Kyle―. Hiciste que me raparan el cabello hasta casi dejarme pelado, y todos me llamaran cabeza de huevo.

―A mí también me pusieron un apodo y no lloré ―repongo.

―Bueno eso no es cierto... ―comienza decir mi mamá, pero niego con la cabeza, y ella guarda silencio.

Kyle está por decir algo cuando escuchamos la puerta abrirse, y vemos que entran Maia y Dylan, con cara de preocupación.

―¿Qué pasó? ―pregunta mamá alarmada cuando ellos se acercan.

―La vecina Norma ―explica Maia― nos ha contado que han querido entrar a robar en su casa.

Mi madre se lleva la mano a la boca, consternada.

―¿Y qué ha pasado?

―No llegaron a robarles ―dice Dylan―, otro vecino los vio tratando de forzar la puerta de la casa y los asustó haciendo ruido.

―¡Dios mío! ―exclama mi madre― ¿Ven por qué no quiero que se queden hablando en la entrada? Cada día el barrio está más inseguro, tenemos que cuidarnos.

―Tranquila ma, no pasará nada ―le aseguro.

―Si, estaremos atentos ―concuerda mi hermana.

Dylan se acerca para agarrar una galleta del tupper y le doy un manotazo.

- ¡Hey! – se queja- quiero una.

- Me quedan pocas -le digo, acercando el tupper a mi cuerpo.

- Igual que en jardín -murmura Kyle.

- No me agradas, cuñada -espeta Dylan- bueno, debo volver a casa.

- Gracias por acompañar a Maia a casa, Dylan -le agradece mi madre.

- Adiós, amor -lo despide mi hermana, dándole un beso en los labios.sin

- ¿Cómo te iras? -le pregunta Kyle.

- Caminando.

- Yo te llevo si quieres, he venido en auto.

- ¡Si! Tal vez tengo suerte y llevas frutas o verduras en el maletero. ¡Muero de hambre! ¿Puede ser que tengas algún tomate para darme? ¿Unas mandarinas?

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Al día siguiente, voy con Lily y Ratón a visitar a mi tía Emily y a mi prima Jane. Lily las conoce de pequeña así que muchas veces me acompaña a verlas. No viven muy lejos de mi casa, así que decidimos ir caminando. Ratón no se suele llevar muy bien con otros perros, así que cada vez que puede les ladra a los perros que se cruzan y persigue a las palomas desesperado.

- Cada vez que se pone en dos patas no puedo evitar cantar esa estúpida canción en mi cabeza -le confieso a Lily, sintiéndome culpable.

- No quería decírtelo para que no te enojes, pero me pasa lo mismo -contesta, aliviada.

La ConsejeraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora