Capítulo 8 | El gato

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―En tres días es el cumpleaños de Jess. ¿Verdad? ―le pregunto a Kyle, mientras él observa y agarra todo lo que ve en mi cuarto.

―¿Qué es esto? ―pregunta con curiosidad, al ver un conejo hecho con calcetines en mi escritorio.

Se lo quito de la mano y lo dejo en su lugar.

―Me lo regaló mi madre el día que me caí del tobogán del colegio y me tuvieron que dar tres puntos en la pierna.

―Qué lindo ―dice con tono burlón― ¿Y lloraste solo por tres puntos de sutura?

Lo miro con odio.

―¡Tenía siete años y estaba muy asustada! ―exclamo, y me siento al borde de mi cama― Ahora, ¿Podemos retomar la conversación sobre Jess?

―Está bien ―contesta suspirando, y se sienta en el asiento de mi escritorio, en frente de mi― Me estabas felicitando por haber seguido tu consejo de darle espacio a Jess.

―Si, por no haberle hablado desde el incidente de la ensalada.

―Así es, y hace una semana ella me ha desbloqueado de Instagram. No me ha vuelto a seguir, pero me ha likeado una foto. Es una buena señal ¿no?

―Eso parece, por lo que tenemos que pensar bien nuestra próximo movimiento ―le informo― en tres días es su cumpleaños, podríamos comenzar por allí.

―No me invitará a su cumpleaños.

―Lo sé, pero de todas formas puedes hacerle llegar un regalo. Piensa en algo que ella siempre ha querido ―le digo, y él ya pone cara de pánico―, tiene que haber algo que te haya dicho que le gustaría tener.

Agarro una botella de agua de mi mesa de luz para tomar un sorbo mientras Kyle piensa.

―Bueno, ella siempre me ha dicho que ha querido hacer un trío.

El agua casi se me sale por la nariz al escucharlo, comienzo a toser.

― ¿Un trío? Vaya, esas son las cosas importantes que te acuerdas ―digo indignada― ¿Y por qué no lo ha hecho contigo? ―indago.

―Porque me considero una persona egoísta ―explica.

Me río dejando la botella en su lugar.

―De todas maneras, esa información no nos sirve, Kyle. ¿Es que quieres llevarle dos personas con un moño y decirle feliz cumpleaños?

―Espera, una de ellas sería yo ―aclara y luego me mira interesado― ¿Te gustaría hacer un trío? Puedes ser tú, más económico.

―No, estúpido. Y si sigues con esa actitud Jess no volverá contigo.

Kyle resopla y luego de unos minutos se le ocurre algo.

―¡Ya se! ―exclama― Ella siempre ha querido un gatito.

―¿Un gatito? ―pregunto desconfiada.

―Si, siempre ha querido uno, pero sus padres no aceptaban mascotas en su casa.

― ¿Y por qué ahora lo aceptarían?

― ¡Es un regalo! No le puedes decir que no a un regalo.

―Kyle, ¿estás loco? Claro que pueden decirle que no.

― ¿Quién abandonaría un gatito indefenso?

―¡Los estúpidos seres humanos abandonan animales todo el tiempo! No puedes darle una mascota sin estar seguro que la aceptará.

―Está bien, hablaré con los padres para estar seguro.

―Bien. ¿Cuál es nuestro Plan B? Tenemos que tener uno.

La ConsejeraOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz