Capítulo 18 | El cumpleaños

10.1K 1.2K 870
                                    

Austin alza la cabeza y se ríe, mientras yo quiero que la tierra me trague en ese instante. Creo que prefería que la madre de Austin entrara en el cuarto antes que Kyle.

Carraspeo y me acomodo la ropa, Austin sale de encima de mí y se pone de pie, peinando su cabello de forma distraída.

Me pongo de pie también y finalmente miro a Kyle, él me devuelve la mirada, pareciera como si no pudiera creer lo que sus ojos están viendo.

―Así que sigues viva ―me dice directamente a mí una vez que Austin lo saluda.

No luce molesto, más bien... decepcionado.

Y entonces me doy cuenta del punto de vista que debe de tener Kyle luego de nuestro beso: lo he ignorado por una semana, he visto sus mensajes y no he respondido y ahora me encuentro con su mejor amigo antes que con él.

Pero él no sabe que lo he ido a buscar primero.

Me remuevo incomoda por la situación, aunque trato de actuar con naturalidad cuando contesto.

―Si, es que he estado un poco ocupada con los exámenes.

Él deja pasar la excusa y se dirige a Austin.

―Siento interrumpirlos, no sabía que estaban juntos. Tu hermana me ha dejado pasar, he venido por el bolso que me he olvidado ayer.

―No pasa nada, amigo ―responde y abre su armario para sacar el bolso que usa Kyle para entrenar, él lo agarra y se lo cuelga en el hombro.

―Yo... debería irme ―digo dando un paso hacia la puerta―. Mi madre me está esperando, no quiere que vuelva tarde.

―¡Austin, tu padre ha llamado otra vez, dice que le devuelvas el llamado! ―escuchamos gritar a su madre.

Él suspira, revoleando los ojos.

―Lo siento, Am. Mi papá no se ha podido comunicar conmigo hoy, pero si me esperas puedo acompañarte.

Sacudo la cabeza.

―No hace falta, habla con tu padre tranquilo. Además, no tiene sentido de que vayas hasta mi casa y vuelvas.

―Yo la acompaño ―habla Kyle, mirándome―. He venido con el auto, te llevo hasta tu casa.

Con razón había llegado tan rápido a la casa de Austin, yo había tenido que tomar el metro para llegar a la casa de Austin desde la de Kyle.

Pero, de nuevo, no dije nada. Solo asentí y seguí a Kyle hasta la puerta. Austin nos abre y Kyle le da un corto abrazo diciéndole que luego hablaban, acto seguido se dirige hacia su auto que está estacionado en la entrada. No espera a que lo siga, tal vez para darnos a Austin y a mi más privacidad.

―Avísame cuando llegas ―me pide él, acariciándome la mejilla.

―¿Es que dudas de que Kyle me dejará en mi puerta sana y salva? ―pregunto en tono burlón.

―No, confío en que no te dejará a mitad de camino, pero es una excusa para que sigamos hablando.

Le sonrío.

―No necesitamos excusas para seguir hablando.

Él me devuelva la sonrisa y me da un corto beso en los labios antes de alzar la mano y saludar a Kyle.

Cuando entro al asiento acompañante, Kyle ya ha puesto el auto en marcha. Me coloco el cinturón de seguridad. Afortunadamente, está la radio encendida, lo que hace que el ambiente esté menos tenso.

―Hoy iba a responderte los mensajes ―comienzo a decir, sintiendo que me tengo que justificar.

―Pero supongo que has estado tan preocupada por los exámenes que has venido a estudiar portugués con Austin y los ejercicios se salieron de control ―dice mientras conduce.

La ConsejeraKde žijí příběhy. Začni objevovat