II.

1.3K 121 169
                                    

– Ahora coge esa rotonda de en frente y gira a la derecha.

– Estoy seguro de que un taxista sabe exactamente dónde está nuestra calle.

– Sí, por ahí. Conduces muy bien, Dopinder. Inspiras tanta seguridad al volante. – Lo apremió Wade desde el asiento de copiloto ignorando totalmente lo anteriormente dicho por Cable. Acarició dulcemente la mejilla del asiático con el dorso de su mano enfundada en el guante negro que formaba parte del traje de Deadpool. Tras volver del trabajo lo llevaba puesto.

Nathan rodó los ojos desde el asiento trasero.

Dopinder solo sonrió con orgullo.

– Hum. Espera, ¿has dicho "nuestra calle?" – Domino alzó las cejas y se volvió hacia Nathan a su lado. – ¿De todos los lugares disponibles fuiste a parar a un piso situado en la misma calle que este?

– Sí, estamos compartiendo piso.

La mujer estalló en carcajadas.

– ¡No me jodas! ¿Cómo lo aguantas?

– Es lo primero que me pregunto por las mañanas.

– ¡Me pitan los oídos! – Se quejó Wade.

– Eso se dice cuando alguien está hablando de ti a tus espaldas.

– ¡Lo estáis haciendo LITERALMENTE!

–...Nosotros estamos criticando lo pesado que eres conscientes de que nos oyes, payaso.

Deadpool se giró hacia Cable entonces y lo señaló con el dedo.

– A que te meto un mamporro.

– Intentalo y te quedas sin pelotas.

. No había dicho piernas, que raro. Estuvo a punto de señalarlo.

– Debe ser un poco incómodo para los vecinos vivir cerca de ustedes, DP, señor Cable. – Comentó Dopinder con una sonrisa al volante.

Domino abrió bastante los ojos al imaginar estar en esa situación y levantó efímeramente las cejas.

– Por Dios, yo hubiera saltado por la ventana. Por cierto, me sigo preguntando...

– Tú siempre te estás preguntando cosas.

– Por eso soy la lista del grupo, Wade, gracias. – Respondió con una encantadora sonrisa ladeando la cabeza. – Me preguntaba, si ninguno de los aquí presentes tiene carné de conducir y si es así porqué seguimos usando el taxi de Dopinder.

Se formó un silencio.

– Yo sé conducir. – Habló Nathan.

– Pero no tienes coche así que a callar. Además, aunque tuviéramos coche seguiría llamando a mi querido tigre de bengala para que viniera a recogernos cada vez y así hacerle compañía.

– Ni siquiera le pagas, Wade. – Señaló Domino. – y está en su horario de trabajo. Además más de una vez le has manchado el coche de sangre. Pobre hombre. ¿No te molesta?

– Para nada, señorita Domino.

– Dime Neena, cielo.

– Neena. Que hermoso nombre para poner a mi hijita algún día. – Dijo Dopinder con voz soñadora antes de un breve silencio algo incómodo en el coche. Neena y Nathan compartieron una miradita en los asientos de atrás.– Para nada me molesta que el señor Pool me llame cuando necesite mis servicios. Estoy siempre encantado de ayudar a un buen amigo.

– Así se habla, nene. – Wade le dio un par de golpecitos en la mejilla cariñosamente mientras Dopinder sonreía incluso más ampliamente como un niño cerca de Papa Noel.

Anchor. [Cablepool]Where stories live. Discover now