V.

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Se fueron temprano por la mañana del motel porque Wade tenía un trabajo pendiente, así que Domino los dejó en casa cerca de las 12:00 y Deadpool a las 14:00 ya estaba saliendo para emprender una misión a Japón con un nuevo traje impoluto e intacto en su maleta. Hacía un par de meses había conseguido a alguien que le hiciera varias réplicas de su traje y ya no tenía porque molestarse con arreglarlo él mismo o poner cinta aislante.

Algo lo tenía intranquilo. No era nada normal despertarse en mitad de un callejón empapado de sangre y sin recuerdos de lo ocurrido y de como había ido a parar allí. Incluso para alguien con una vida tan loca como Wade.

La primera vez que le ocurrió en su edificio, pensó que su perdida de memoria se debió a un tumor situado justo en la maldita área de su cerebro que permitía almacenar recuerdos; pero aquello siguió ocurriendo, y cada vez despertaba con evidencias de haber sido asaltado. Sabía que algo olía muy mal y estaba dispuesto a averiguar que era y cortar las cabezas de aquellos responsables.

Esperó que un ataque volviera a repetirse durante esta misión a Japón, pero todo fue a pedir de boca. Acabó con el grupo mafioso que le habían contratado para eliminar y volvió a casa nueve días después de su partida.

Puntual para Halloween.

Se aseguró de comprar unos buenos disfraces ya que estaba en Japón. En aquel país había de todo, ¡y eran de lo más realistas! A Nathan le iban a encantar. También llenó la maleta con varias cosas frikis: ropa, accesorios, y diferentes tipos de comida japonesa que no había probado en su vida y que lo haría junto a Nathan entre risas.

Cuando Cable abrió la puerta esa tarde recibió a un Wade que vestía un gracioso kimono rosa y la máscara; y antes de que terminara de abrir la boca para murmurar posiblemente un "que demonios, Wade" el mercenario soltó la maleta y lo abrazó.

Fue un impulso que no pudo controlar, pero le había echado de menos y en defensa de Wade, últimamente estaba más cariñoso de lo normal. Estaba en esos días del mes por los que los hombres también pasan. A su manera. Eso decía el mercenario muchas veces, y si alguien le rebatía, le aseguraría que estaba científicamente comprobado- o eso leyó en Google.

Se separó antes de que Cable lograra reaccionar. 

– ¡Te he traído cosas!

Tras salir de su asombro Nathan sonrió y cerró la puerta luego de que el mercenario pasara dentro.

– Bueno, muéstramelas entonces.


XXX


Sobre las ocho llamaron a la puerta. Wade interrumpió su explicación sobre su experiencia en Japón esos días y se puso de pie de un salto del sofá alertando a Cable. Fue corriendo a por su cuenco de caramelos en la cocina y luego abrió la puerta.

– ¿Truco o trato? – Canturrearon al mismo tiempo un grupo de cuatro niños disfrazados.

Uno de ellos, disfrazado de vampiro, alzó los brazos en una posición de ataque hizo ademán de abalanzarse sobre el mercenario. Ante eso, Wade fingió asustarse emitiendo un grito de lo más afeminado y se dejó caer hacia atrás de culo. Como si estuviera ante la imagen más terrorífica de su vida, se llevó una mano al pecho.

– ¡Santa Bea Arthur, menudo susto! 

Cuando los niños se rieron, Nathan irguió una ceja con cierta diversión y se levantó del sofá para ver la escena de cerca.

– ¡Será mejor que nos de caramelos si no quiere usted sufrir otro terrible susto, señor!

– ¡No, cielos! – Exclamó al levantarse con rapidez.  – Por favor, apiadaros de un pobre hombre terminal que acaba de hacerse caquita en los pantalones y de su anciano compañero de piso. Para una vez que lo saco de la residencia de ancianos no debería de sufrir estos terribles sustos. 

Anchor. [Cablepool]Onde histórias criam vida. Descubra agora