IX

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Todo empezó con un grito pasadas las 2:00 am. No había estado dormido, así que no se despertó precisamente por el sonido. Con una mano se frotó los ojos y se puso en posición para levantarse de la cama.

Wade estaba volviendo a tener pesadillas. No podía impedir que su subconsciente lo atacara en sueños, pero si podía detener las imágenes persistentes e intrusivas con su telepatía. Caminó en silencio hacia la habitación de Wade, como hizo un par de veces atrás en el pasado para poner fin a su congoja. La puerta ya estaba abierta y por la luz de la luna que se filtraba por las finas ranuras de la persiana lo encontró en posición fetal. Una mano debajo de la almohada, la otra estaba en movimiento a la altura del pecho, estirando de las sabanas y arrugándolas con sus manos. Llevaba la máscara puesta, lo cual era una señal negativa, y balbuceaba una y otra vez "no, no, no" sin descanso.

Era descorazonador verlo así. Wade había pasado por mucho, demasiado, en su vida y que le hubiera vuelto a ocurrir algo tan enrevesado como lo que le habían hecho en aquel espantoso lugar hacían que se enfadara con el mundo, que la sangre le hirviera y despertara deseos en él de volver a allí y prender fuego a todo. A cada pequeña prueba de que eso alguna vez había ocurrido. Excepto que no podía borrar el pasado ni volver atrás nunca más.

Con cuidado de no hacer ruido, se sentó a su lado en la cama. A diferencia de la suya que era de matrimonio esta era individual, estrecha.

Estiró una mano hacia Wade, buscando el contacto para crear una conexión con su mente. Lo siguiente que supo es que el mercenario se había vuelto hacia él en un abrir y cerrar de ojos, despierto, alerta y peligroso, y ahora lo apuntaba con una pistola a la cara.

Nathan fue lo suficientemente rápido para coger el cañón del arma con su brazo tecno- orgánico, y levantarla hacia el techo en el momento en el que se produjo el estridente disparo. Wade le propinó una poderosa patada en el cuello entonces, impulsándolo hacia atrás. Cable le quitó el arma de las manos con la telequinesis. Esta salió disparada fuera de la habitación. El impacto resonó por todo el apartamento, antes gobernado por el silencio.

— ¡Wade, soy yo, joder! — Exclamó con intención de hacerlo volver a sus cabales.

Pero Wade se estaba abalanzando sobre él, propinándole todo tipo de golpes a diestro y siniestro de los que Cable trató de protegerse con su brazo tecno-orgánico.

Gritarle que se detuviera no estaba sirviendo de nada, y la adrenalina empezaba a correr por sus venas y activaba su respuesta automática frente al estímulo de la lucha.

Cable había vivido toda su vida en un mundo rodeado por la violencia, donde debía estar alerta en todo momento y con un arma a su alcance. El combate era familiar para él. Algo básico y natural. Cuando Wade empezó a atacarlo, el interruptor de Nate que lo convertía en una máquina para la guerra se activó y su reacción física fue esperable, intrínseca.

Cogió a Wade del cuello en cuanto falló al enviar un puñetazo en su dirección, y lo empujó con fuerza hacia la pared. Se pegó bien a su cuerpo, imposibilitándole la opción de usar las piernas para derribarlo, y con su poderoso brazo tecno-orgánico bloqueó los de Wade a la altura de la cabeza. Se dio cuenta tarde del error, solo cuando el lenguaje corporal del mercenario pasó de reflejar ira al más absoluto terror. Su cuerpo dejó de plantar batalla y se quedó total y completamente rígido, paralizado. Los ojos de su máscara bien abiertos.

Cable lo había estado asfixiando, así que lo soltó inmediatamente al darse cuenta de lo que estaba haciéndole. Cuando Wade volvió a intentar librarse, Cable usó ambos brazos para sostener los suyos. Le dio un fuerte golpe al empujarlo de nuevo contra la pared, pegando la espalda del mercenario contra ella.

Anchor. [Cablepool]Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz