VI.

998 114 91
                                    


POV: Cable.

Sus falanges se movieron perezosamente sobre el lado derecho de su cuerpo, aquel con aspecto robótico.

Dolía, y daba la sensación de que el virus tecnoorganico avanzaba un poco más cada día, acaparandose de un nuevo rincón de su cuerpo, reclamándolo y volviéndolo suyo.

Al ser el dolor constante, una enfermedad como esa volvía a cualquiera paranoico, pero el TO no se había extendido demasiado. Nathan lo estaba manteniendo a raya gracias a su telequinesis y no había avanzado gran cosa. No durante el último año. A su edad ya tenía experiencia controlándolo. Si era afortunado, posiblemente lograría vivir más de lo esperado. 

Sus dedos se deslizaron ahora por la mitad de su torso. Trazó la linea que separaba carne y hueso de máquina, y luego, terminó por situar la mano sobre el lado izquierdo de su pecho, completamente libre de TO. Sintió los latidos de su corazón y cerró los ojos. Era un sonido relajante y esperanzador.

La vibración de su móvil lo alertó. Bajó la mirada del espejo en el que se estaba viendo reflejado a la mesita de noche y alcanzó el dispositivo móvil con la mano. Creyó que sería Wade puesto que no muchas personas le hablaban y el mercenario era con quien más contacto mantenía, pero para su sorpresa, fue Neena. Le había enviado un mensaje.

"Necesito una ayudita. Estás disponible?"

"¿Ahora?" 

Nathan siempre escribía correctamente, incluso por whatsapp. Utilizando incluso los signos interrogativos que iniciaban una frase (¿) que tan poca gente usaba en esa red social.

"Nop. El miercoles. La paga es buena. Necesito que hagas de distraccion mientras yo robo algo"

Nathan entornó los ojos y se rascó la barbilla. No preguntó que objeto era el que tenía que robar. El dinero era dinero, y sabía de sobra que Neena no cogía trabajos demasiado sucios, a diferencia de Wade que últimamente se centraba más en los asesinatos, así que no existía problema alguno.

"Hecho."

"Perfecto"

La mujer no tardó demasiado en enviarle una dirección y acordar una hora.

"Nos vemos el miércoles."

Respondió Cable y la única respuesta fue un emoticono del pulgar levantado.

Sus conversaciones con Neena siempre solían ser así. Ninguno de los dos era muy dado a conversar por whatsapp. Nada de conversaciones típicas de "hola, qué tal." y eso no quería decir que se llevaran mal. Simplemente harían las preguntas importantes una vez se vieran en persona. 

Dejó el móvil frente a la mesita de noche de nuevo y observó el inmaculado osito de peluche de su hija. Lo acarició con cariño y fue a abrir el armario para ponerse una camiseta de color azul marino. Se miró una última vez en el espejo y salió de la habitación.

En seguida escuchó las llaves de Wade pelearse con la cerradura de la puerta. Escuchó algún que otro insulto y suspiró por la nariz. Fue hacia la puerta y abrió, revelando al sorprendido mercenario con su traje y bien armado hasta arriba. Alzó una ceja cuando Wade se quedó inmóvil. 

– ¿Todo bien?

– Todo estupendo. – Respondió con rapidez el menor mirándolo.

Pasaron unos pocos segundos. No más de tres, pero al mutante le parecieron más. El aire estaba cargado de una tensión extraña entre ellos, y no era la misma de otras tantas veces cuando ambos cruzaban miradas por más tiempo del necesario, o cuando sus dedos se rozaban al pasar la taza de café al contrario algunas mañanas.

Anchor. [Cablepool]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora