S I E T E

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Fuera de control.

Un potente golpe se sintió, las aves que hasta ese
momento estaban dormidas en algunos de los
árboles despertaron y comenzaron a revolotear
por ahí alejándose de la escena.
Yo estaba enmudecida, de hecho todo el mundo lo
esta ¿Fue un disparo? ¿Un disparo de escopeta?
Ese tipo de balas se fragmentaban en le aire y
dañaba a todo lo que estaba alrededor y tan sólo
pensarlo me ponía la piel helada.

- Eres un idiota Eidan Müller! — Una voz me saco de mi transe-Estúpido descerebrado!!

Levante la vista y ahí estaba Jorge sosteniéndose
el cuello, rojo como un tomate.

-Eres un asco de persona!

-¡Baja de ahí ya! ¡Sabes que te disparare de nuevo!

–No... No espera- dijo Sierra dando zancadas hasta Eidan tratando de quitarle la escopeta pero
el la levantaba haciendo parecer la altura de Sierra insignificante. Giovanni soltaba risitas divertidas
junto con Alex.

Estaba confundida y esta vez no era por culpa del alcohol pues en cuanto mire a Eidan llegar furioso con la escopeta se me bajo la sangre hasta los pies y con ella el efecto de la borrachera. Estaba confundida porque acaban de disparar una puta escopeta y todo el mundo estaba como si nada.

En un parpadeo Eidan y Sierra estaba
jaloneándose el arma una y otra vez, Héctor parecía hartarse de la escena y me soltó para
comenzar a forcejear el también.

-¡Ya paren parecen niños! – hable por primera ves desde que empezó el alboroto. Como habría
de suponerse ni siquiera me escucharon.

-¡Suéltala ya Eidan!-grito Sierra molesta.

-¡Muévete, y déjame dispararle al pedazo de culo
que esta haya arriba! – replicó el ojiazul.

-Vamos, hermano ya deja eso - Héctor trataba de
arrebatárselo.

La discusión tomó una dirección más acalorada, el alcohol nublo el juicio y de la nada estaban
discutiendo de una forma poco amigable, me sentí
nerviosa, odiaba las armas, no había ninguna razón traumante en específico pero no me
agradaban, me gustaba llamarlas anti semillas ya saben planta una y veras como muere algo.
De la nada un potente sonido me sacó de mi estado filosofal, observe al frente y los tres idiotas
me observaban con la cara pálida.

-¡¡Mequetrefes subdesarrollados!!- Grite sosteniéndome el brazo que de pronto tenía un dolor intenso en la zona del antebrazo.

-Athenas lo-lo siento, dijo Héctor pálido dejando
el arma y acercándose a mi.

-¿Son compostas?

-Si, cerebrito, no es un arma real ¿Tan idiotas
crees que somos?- dijo Eidan enfatizando en
cerebrito.

-¡Si! Eres un idiota - grito la voz desde encima del techo.

-¡Ya bájate de ahí!

-No puedo-replicó con la voz entrecortada.

-¿Porqué mierdas no puedes?

-¡Le temo a las alturas!

¡Le hice un amarre al chico equivocado!Where stories live. Discover now