En teoría, la vida de Terra debería de ser más fácil ahora. Su hermano kanima ya no está, tiene a los mejores amigos del mundo e Isaac está enamorado de ella. Sin embargo, su vida perfecta está a punto de tambalearse.
El pasado ha regresado por ell...
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Chris Argent estaba tranquilamente saliendo del supermercado, intentando meter sus bolsas a la cajuela cuando una de las bolsas de papel. Suspiró, refunfuñando sobre cómo probablemente era la de los huevos. Se agachó a recogerla, la metió a la cajuela y volteó con su pistola al escuchar movimiento, apuntándoles a Scott y a Terra.
Scott alzó las manos inmediatamente, abriendo los ojos de par en par. Terra ni siquiera alzó la vista de su celular.
—Uhh... hola —balbuceó Scott adorablemente, para después decirle todo lo que había sucedido.
—Primero que nada, ¿por qué me importaría algo relacionado con Derek? —Exclamó Argent—. Y segundo, no conozco al tal Boyd.
—Muy buen punto, la verdad —asintió Terra—. Lo puedo entender completamente, en serio. ¿A quién le importa Derek? A nadie la verdad. ¿Boyd? ¿Quién es él? No se preocupe, nadie lo conoce. Ni siquiera sé su apellido.
Scott se aclaró la garganta.
—Terra, Boyd es su apellido —murmuró—. Estuvo contigo en casi todas tus clases el año pasado.
—¿Y?
—Y su nombre es Vernon.
—Iugh, con razón sus amigos lo llaman Boyd. O lo llamarían si tuviera. Ja. Soy tan graciosa.
—Señor Argent, ¿podría dejar de apuntarnos con su arma? —preguntó Scott, ojeando nerviosamente la pistola.
—Aún hay una parte de mí que quiere dispararte —admitió Argent.
—Wow, no —exclamó Terra—. Chris, por favor. El único crimen que ha cometido Scott es ser estúpido y adorable. Mira esa carita.
—Terra, también está apuntándote a ti —le recordó Scott.
—Sí, pero todos quieren matarme. Están celosos de mi fama y belleza —Terra puso los ojos en blanco, sacudiendo su cabello. Argent la miró como si no supiera si estaba bromeando o hablando en serio.
Finalmente, cerró los ojos un instante y suspiró, guardando su arma.
—Chicos, vi cómo mi padre le lavaba el cerebro a mi hija, casi convirtiéndola en una asesina...
—Oh, recuerdo eso —murmuró Terra. Argent la ignoró.
—Ese mundo, su mundo, diezmó al mío. Mi esposa, mi padre, mi hermana, toda mi familia —Terra quiso decirle que ellos se lo habían buscado pero decidió quedarse callada—. ¿Por qué volvería a entrar en él?
—Porque gente va a morir —dijo Scott seriamente—. Y porque sabes cómo atrapar a Cora y a Boyd sin matarlos.
—Pero si debes de matarlos, ey, yo no te juzgaré —añadió Terra—. Probablemente le harás un favor a Venom.
