Capitulo 19

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-¿¡Qué hiciste que!?- Alzó su voz
-Shhhh, Carl- Intenté tranquilizarle rogando que las personas a nuestro alrededor en esa cafetería, no nos hubieran escuchado.
-¿Quién carajos es ese Bill?- Trató de susurrar un poco mas bajo pareciendo bastante enojado lo que me causaba gracia
-Ya te lo dije, teníamos largas charlas bastante interesantes, lo conocía Carl, no pasó con cualquiera-
-Alex debe saber esto-
-No, no- Traté de detenerle antes de que sacara el telefono de su bolsillo
-¿¡Por qué carajos no!?-
-Por que va a matarme si sabe que me acosté con Bill y no con Zachary-
-Pues si, torpe- Me merecía el leve golpe que plasmó contra mi frente -Eso se suponía-
-No puedo...ya sabes- Guiñé el ojo tratando de que entendiese a lo que me refería -Seguir estancada en el mismo lugar cuando Zachary ya no está, Carl-
-¿Entonces por que esa noche... él estaba en tu cabeza y no Bill?- La forma en que lo dijo, tan llena de lastima y decepción, tragué saliva. No tenía respuesta para eso y agradecí que la mesera interrumpiera trayendo los platillos para nosotros. Esto estaba siendo un desastre.

Al regresar a casa, dejé el bolso contra la puerta recordando cada cosa que la noche anterior sucedió.
Llevaba tanto tiempo sin estar con alguién desde la ultima vez que Grace trató de presentarme a varios chicos para salir del profundo agujero en el que me había quedado estancada. Arrastré mis pies sobre el suelo dirigiéndome a la mesita de noche, en efecto había una pequeña nota con letra perfecta situada ahí.

'Me diste afecto sin esperar nada a cambio. Te quiere, Bill'

Observé el vestido de noche que había comprado el cual colgaba fuera del armario sin limpiar. De alguna forma tenía que usarlo de nuevo, había gastado 300 malditos dólares en un simple vestido que Zachary nisiquiera vió.

Por suerte, mamá me había enseñado a hacer cortes suaves en largas prendas.
Así que quedó como un vestido de verano que combinaba perfecto con el collar del hipocampo que Zachary me había regalado años atrás. Aún mantenía su brillo tan vivo como la luz de las velas cuando sueles encenderlas en una habitación tan oscura.

El teléfono comenzó a sonar una y otra vez, decidí no responder la llamada. No quería escuchar los gritos de Alexandra o las palabras de aliento de Carl, no quería escuchar a mamá preguntarme una vez mas por Zach, ni a papá decir que todo mejoraría, mucho menos quería escuchar a Bill y sus dulces palabras sabiendo que no pudo estar en mi cabeza todo el tiempo la noche anterior.

Quería encerrarme en mi misma de nuevo, quería odiar tanto a Zachary por haberme dejado tan sola como la manera en la que estuve el último año y medio, quería escribir sobre él pero no para el mundo, si no para mi.

No podía hacerlo, así que mis manos cubrieron mis ojos tratando de retener las lagrimas ahí.

Creía que el amor iba a salvarme de todo el odio y la verguenza que sentí de mi misma. Zachary sabía como arreglarme, como acomodar cada pieza que quería salirse de su lugar, me hizo sentir preciosa cuando para los demás siempre había sido un pequeño engranaje desgastado que nunca habían podido arreglar. Y se cansaban, una y otra vez cuando él nunca lo hizo.

Respiré profundo de nuevo, para tratar de calmar cada sollozo que ahogaba mi corazón, respiré tan profundo que cuando el teléfono volvió a sonar, pude responder.
-¿Hola?- Traté de sonar lo mas tranquila posible, mi voz siempre solía temblar cuando me encontraba mal, Alexandra había pasado de esto.
-¿Ya hablaras o seguirás escondiéndote de mi, mujer?-
-Alex- Solté logrando quebrarme mas
-Ay, Elise, voy para allá- Colgó enseguida y tan solo me mantuve sentada en el mismo lugar.

Todo comenzaba a desbordarse de nuevo. Cada día que pase junto a Zachary.

Como adoraba despeinar su cabello después de haber tomado una ducha, como en invierno dolía besarnos por nuestros labios quebradizos, como me miraba tocar el piano mientras se mantenía en silencio desde el marco de la puerta.

No quería que terminara así, no quiero que termine así.

Estoy hundida, cariño, estoy tan hundida.

Y esa mañana no encontré la suficiente fuerza para poder levantarme.

Escuché la cerradura de la puerta girar antes de ver a Alexandra cruzar ante ella, su rostro estaba preocupado como la vez que les conté sobre mi primera noche con Zachary.

Flashback:

-¿¡Qué!?- Intenté calmarla antes de que el parque entero se enterase de todo -Dime que te cuidaste, dimelo- Me señaló fijamente con su dedo advirtiendome
-A mi me encantaría cuidar a tus bebes con Zachary- Carl guiñó el ojo tratando de ponerse de mi lado antes de que Alexandra le mirara fulminante.

Pues esta vez, era como esa tarde. Solo que hoy, Alex no me había soltado en un abrazo que deseaba durara para siempre.

Fin flashback.

Inicio de otro flashback:

-Siempre se me complicó tocar la guitarra y cantar al mismo tiempo- Dijo con tanto entusiasmo caminando hasta el armario donde solíamos guardar la vieja guitarra de su padre -Pero te juro que vi cerca de 50 veces un tutorial de como hacerlo con acordes faciles- Se sentó a mi lado y yo seguí sin decir una palabra mas que mirarle con mi mas sincera sonrisa -Así que te amo y siempre te he admirado por lo inteligente que eres al tocar el piano y cantar al mismo tiempo para mi- Me robó un beso rápido de mis labios y coloco sus dedos en varias cuerdas con distintos acordes que comenzaban una melodía preciosa.

-'Words get trapped in my mind
Sorry I don't take the time to feel the way I do
'Cause the first day you came into my life
My time ticks around you

But then I need your voice
As the key to unlock
All the love that's trapped in me
So tell me when it's time
To say I love you- Llevó el ritmo junto a la letra cada vez mas alto, su voz era preciosa, su manera de tocar la guitarra y la forma en la que me veía avergonzado por que nunca había cantado así para mi.

Fin del flashback.

-No pude encontrarlo- Mi cabeza yacía sobre el hombro de Alex, y me sentía avergonzada por que estaba arruinando su vestuario
-Tranquila- Acarició mi cabello con tranquilidad -Zachary te amó tanto- Tomó entre su mano la mía -Que con seguridad puedo decirte, que no dudaría en amarte de nuevo si esa noche se hubiera encontrado contigo- Sonrió y sentí la fortuna de mirar tras mis lagrimas el brillo que mi pequeño collar reflejaba.

Desde niña, me encantaba ver la marea sobre los puertos lejanos en el medio del mar, había planeado vivir junto a Zachary en una Isla lejana en la bahía de Texas y por ello, él me había obsequiado en mi cumpleaños numero 24, un pequeño saco de moluscos de mar.

-¡No puede ser!- Estaba tan maravillada con cada preciosa coraza tornasol
-Espera eso no es todo- Recuerdo su estuciasmo igual que el mío, tomó uno de los moluscos mas grandes y lo pegó a mi oreja, lo miré extrañada sin dejar de sonreir hasta escuchar con atención
-¿Pues escucharlo?- Sus ojos brillaron al verme tan sorprendida, eramos un par de tontos
-¡Es el mar!-
-¡Si!- Apegó su oído junto a mi para escuchar juntos -Papá solía contarme que cuando en tus manos tienes estos pequeños tesoros del mundo y extrañes tu hogar, escuches a través de ellos, el mar siempre te calmará-
-¿Son las olas, cierto?-
Él asintió
-A veces las olas, a veces la marea, a veces el aire- Sonrió -Así que cuando me encuentre lejos, recuerda lo que te he dicho- Besó mi nariz, acción que me hizo reír y enseguida planté un beso sobre sus labios que duró largos minutos que me hubiera encantado que fueran eternos
-Lo haré- Lo miré con atención -Por que tu eres mi hogar- Recargué mi cabeza junto a su pecho
-Y tu el mío, Bee- Entrelazó nuestros dedos -Amo este lugar, pero esta embrujado sin ti-

Hard to Love (Zachary Levi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora