Capitulo 24

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Canción para leer este capítulo: The memory is cruel de Russian Red.

-Ahora este- Acerqué mis dedos a su boca logrando que tragara el elegante chocolate con relleno de menta. Por sus muecas sabía con perfección que lo había detestado y reí observandolo contra el espejo mientras seguía peinando su cabello
-Se veían buenos en el aparador- Talló uno de sus ojos cuando comencé a situar el tinte sobre su cabeza
-Pues fuiste estafado- Dije moviendo la brocha cubriendo cada parte de un color mas oscuro
-Igual que tu-
-¿De que hablas?- Sonreí sin mirar a Zachary aún
-Fuiste estafada por mi al venir aquí- Dejé la brocha sobre el tazón de colorante y lavé mis manos antes de que se volviera mas difícil de retirar el resto
-¿Estafada por ti?- Reí tomando asiento frente a él para poner atención en sus palabras y asintió
-Preguntaste que ¿como sabía que seguías residiendo en el mismo edificio, no es así?- Sonrió y asentí-¿No te preguntas el porque yo nunca volví a Londres u otro lugar?- Suspiró -Sabía que te quedarías en Los Angeles así que decidí quedarme también- Me coloqué en cunclillas para quedar mas abajo de su altura estando sentado y descansé mi frente en sus rodillas -Un par de veces te vi salir del edificio y encontrarte con tus amigos- Sonreí -He de suponer que Alexandra y Carl me detestan ¿no es así?- Rió
-No, no- Le aseguré con tranquilidad -De hecho hicieron todo para tratar de que nos encontraramos de nuevo- Rodé los ojos avergonzandome
-¿En verdad?- Rió porque nos conocía perfectamente bien -Ojalá lo hubieran logrado-
-Fue algo muy tonto- Sostuve con mis dedos el puente de mi nariz recordando -Consiguieron una entrada falsa para la gala de verano en 'Switch & Golden palace' creyendo que estarías ahí y lo hice, fui porque creí que te encontraría pero regresé bastante decepcionada de mi y esa noche fue cuando Bill y yo...intentamos llevarnos de una manera diferente y en cuanto Carl y Alexandra, decidieron rendirse con nosotros-
-Y ahora mirame- Sonrió deslizando su mano a través de mi mejilla -Volví en el momento menos indicado-
-Todavia deseaba que lo hicieras- Admití, porque a pesar de Bill y mis intentos fallidos de intentarlo con otros hombres, nunca lo logré debido al recuerdo de Zachary.

Así que no estaba segura de las cosas que intentaría pero estaba junto a él y cuando eso sucedía no importaba.

-¿Recuerdas cuando huíste de mi porque estaba impregnado de pintura y no querías que arruinara tu vestido?-
-¿Cómo voy a olvidarlo?- Él sonrió y juraría que su sonrisa todavía lograba ponerme de rodillas
-Adoré hacerte el amor en nuestro sofá aun que me odiaras después por el terrible desastre que dejé- Se inclinó juntando nuestras frentes -Hagamoslo una vez mas- Mis ojos parecieron ver a través de su alma y sentí escalofríos cuando parecía estar seguro de esto.
-Esta vez espero que solo arruines las sabanas con eso en tu cabello-
-Te prometo que lo intentaré- Sus labios se fundieron en los míos después de su promesa, se levantó conmigo en sus brazos dirigiéndonos a la amplia cama que por muchos meses se volvió demasiado grande para mi sin él.

Dios, era lo único que podía repetir en mi cabeza al darme cuenta de que realmente estaba ahí.

-Te amo, Zachary- Pronuncié en un jadeo al sentir su boca alrededor de mis senos y delirar siendo consciente de que él no podía amarme mas.

Sus dedos masajearon sensualmente mis pliegues y parecía disfrutar verme así, mi cuerpo estaba bajo el suyo estableciéndose con cada sutil toque.

Su cuerpo había cambiado ligeramente y me encantaba, ya no era tan inseguro como antes, ni como yo.

Por suerte él había podido seguir y estaba segura del momento en que nos marcharíamos, que seguiría con su vida mientras yo nuevamente no podría.

Pero estabamos ahí esa noche y él estaba conmigo y con nadie mas.

-Sigues tan hermosa como siempre, Bee y no podré dormir esta noche sí no te lo digo- Supe que mis mejillas se tornaron rosas porque él las besó, siempre solía hacerlo cuando eso me sucedía.
-Puedo quedarme escuchandote toda la noche entonces, porque yo también tengo un par de cosas que decirte- Sonreí y sus dedos delinearon mis labios sin parar de mirarme
-¿Ah si?- Rió discretamente -¿Qué cosas?- Mordí mis labios rodeando su espalda con mis brazos
-Lo mucho que me gustas- Le robé un pequeño y corto beso -Y lo mucho que deseaba que estuvieras aquí- Después otro -Y que me besaras de la forma en la que siempre lo hacías- Y por último otro antes de que él lo volviera mas largo y humedo aún, por supuesto que deslizó su lengua en busca de la mía o entonces no habrían sido sus besos.
-Tu me encantas de una forma que nadie podría imaginar-

Había intentado enamorarme de extraños en los que buscaba siempre algo que me recordara a Zachary. Cerrar los ojos y saber que aún estaba ahí, tenía a mi corazón enloquecido.

Apartamos nuestras prendas dejándonos a merced el uno del otro, mi complexión siempre había sido mas pequeña que la suya así que con facilidad solía colocarme sobre él para darme todo el amor que siempre supo entregarme.

Sus manos de deslizaron sobre las curvaturas de mi cuerpo hasta terminar en mis caderas.
-¿Estas segura esta vez?- Preguntó con gracia
-Vamos, estuve esperando por esto- Sonreí -Así que, ¿qué podría perder? Si lo único que me importaba eras tu y te dejé ir-
-No, no me has dejado- Besó mis claviculas -Y yo tampoco pienso hacerlo- Me sostuvo férreamente antes de poder ser uno, sus besos calmaban mi alma y adoraba sentir la forma en la que su cuerpo lograba complementarse con el mío.

Nuestro obstinado amor como la marea, el amor que al principio nos tenía locamente enamorados pero luego ese amor nos estaba volviendo locos. ¿Eran como debían suceder las cosas? No. Pero estabamos ahí de nuevo intentándolo.

-Bee- Pronunció mi nombre en un hilo de voz en el momento en que mi cuerpo se estremeció -No voy a volver a casa- Me miró y yo besé sus labios docilmente
-¿A que te refieres?-
-Podemos quedarnos en New York- Reí por el gracioso momento en que se le ocurrió pensarlo y me aparté de él para recostarme a su lado abrazandole.
-¿New York? Creí que odiabas New York-
-Oh no, ahora adoro New York- Sonrió y cerré mis ojos con tranquilidad. Me sentía a salvo con él. Siempre me sentí así -¿Qué dices?- Asentí
-¿Qué quieres hacer aquí?-
-Lo tenemos todo, tus contratos con la disquera y mis contratos con Warner. Podemos tener un apartamento como en Los Angeles- Iba tan rápido sin saber si hablaba enserio, acaricié lentamente su pecho plantando pequeños besos en él -No tenemos que decidirlo ahora si no quieres- No dije una palabra durante unos cuantos segundos y seguí haciendo pequeños circulos con la punta de mis dedos sobre su torso
-¿Que hay de tu prometida?- Y esa vez hubo un largo silencio de su parte
-Jena- Una de sus manos la llevó a la frente como si hubiera recordado algo, y en efecto -No la he llamado en todo el día- Sonreí sosteniendo el peso de mi cabeza para mirarle
-Hazlo-
-¿Y me esperaras para terminar lo que comenzamos?- Rodé los ojos con gracia arrojando su camisa sobre él.
-Sabes que si- Cubrí mi cuerpo con las sabanas esa noche antes de ver como desaparecía tras esa puerta.

Hard to Love (Zachary Levi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora