Capitulo 26

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Carl y Alexandra estaban llenos de entusiasmo tras el teléfono cuando marcaron a las 9 de la mañana y Zachary tomaba una ducha caliente antes de marcharnos al exterior de New York.
-¡Cuéntanos!- Gritó ella como siempre solía hacerlo -¿Qué ha pasado?- Carl la seguía detrás esperando mi respuesta y reí, porque los adoraba a los dos.
-Alex todo está siendo una locura- Intenté hablar lo mas bajo que mi garganta me permitió, me habría avergonzado tanto que me escuchara hablar de la forma en la que les contaba sobre él
-¿¡Ya tuvieron sexo!?- Reí porque veía venir esa pregunta de ambos y tardé en responder, esa fue una respuesta concreta para ellos -¡Woooohoooo!- Mis mejillas explotarían en cualquier momento por lo ruborizada que estaba
-¿Sigue siendo el mismo tonto en la cama?-
-¡No!- Aseguré -Ha cambiado de alguna manera- Sonreí
-Para bien ¿verdad?- Carl insistió
-Por supuesto que si, es...- Pensé -Tan seguro de sí mismo y su cuerpo también y su forma de estar en la misma frecuencia que yo- Volví a ponerme nerviosa -Es tan diferente al hombre que extrañaba- Recargué mi peso contra la cabecera de la cama -Pero sigue amandome igual- Sonreí -Eso espero porque me vuelve loca- Ambos rieron
-¿Cuándo volverán?-
-No estoy segura que lo haga, Alex- Dije insegura pensando en lo que habíamos hablado el día anterior
-¿En verdad?- Había un toque de felicidad en ellos porque sabían cuánto yo lo necesitaba -Dile a ese tonto que de todas formas no se librará de nosotros- Siempre me hacían reír con cada comentario idiota que decíamos -Iremos a visitarlos después-
-¿Con quién hablas tanto de mi?- Mi cuerpo se congeló al sentir como él rodeaba mi cintura besando lentamente mi cuello
-¡Oh dios mío, no me digas que están teniendo sexo!- Mi mejor amiga preguntó avergonzada
-¿Alexandra?- Zachary me sostuvo apartando el teléfono de mi
-¡Hey niño bonito!- La escuché decir con gracia y a Carl saludar también
-¡Zachary damelo!- Intenté safarme de su agarre pero era imposible, con él siempre era imposible
-¿Como han estado por allá?-
-Todo tranqui, ya sabes ¡Por fin sacaste a Elise de su agujero!- Él me miró y yo rodé los ojos dejando de intentar. Recargué mi cabeza sobre su pecho mientras él me seguía sosteniendo con fuerza, reí por haber escuchado unos cuantos comentarios de Alexandra para él.
-¡Cuidala ¿Me oiste?!- Él siempre asintió avergonzado antes de despedirse y nunca negarle absolutamente nada, quizá estaba seguro que esta vez podríamos quedarnos juntos sin que nada de mi lo arruinara.

Se dirigió a mi después de colgar y de su cuerpo aún se deslizaban unas cuantas gotas cristalinas.
-Vas a mojar la cama- Aseguré estando debajo de él mirándole
-Dejame terminar- Sonrió y recordé cuando estábamos de esta misma manera al llegar al apartamento después del desastre de impresión con su madre
-Debiste haberte cambiado en el cuarto de baño- Lo besé jugando con las orillas de la toalla que se situaba alrededor de su cintura solamente cubriendole
-Deseaba ver que hacías- Aclaró bajo nuestros besos y oh siempre volteaba mis sentimientos
-Sé que anhelas que hagamos lo que solíamos hacer cuando llegabas taaan cansado a casa- Indiqué con seguridad porque sabía que siempre le volvió loco formar el 69 con nuestros cuerpos.
-Siempre sabes como comenzar- Mis sentidos se estremecieron con el sonido de su voz, dejó de besarme para observarme girar hacía sus pies, quedando mi entrepierna a la altura de su pecho.

Sentí la forma en la que besó mi feminidad sobre las bragas, sentí su nombre en mis labios, sentí la necesidad de pedir por mas, su lengua quemaba  sobre mi piel y eso me hizo suspirar, me dejaba temblando y por el sabor de mi cuerpo, bajo sus boxers comenzó a sobresalir su miembro.
-Extrañaba tanto probar de ti- El frío de su aliento golpeó contra mis pliegues recorriendo mi espina dorsal hasta estremecer mis pezones
-¿Lo hiciste?-
-Oh si- Jugó con el elástico de mi ropa interior antes de apartarla, la yema de sus dedos se deslizó a través de mi clítoris, masajeando tranquilamente sin dejar de enviar sondas electricas en mi, quizá a esto me refería. Cuando dije que él lo hacía todo con dulzura.

Bajé sus boxers hasta apartarlo de nosotros, cerré los ojos cuando la punta de mi lengua sintió el dulce y salado sabor de sus fluidos, nuestros cuerpos se mezclaban tan fácilmente como nuestro amor. Su garganta marcó unos cuantos jadeos que me hicieron continuar, estabamos juntos esa mañana deseando que para él fuera suficiente, deshizo la posición para venir a mis labios, con amor le recibí, siempre lo hacía.

Sus caderas estaban en el medio de mis piernas cuándo bajó sus besos lentamente por mi cuello, sus dedos encontraron su hogar asegurándose que estaba lo suficientemente humeda como para entrar en mi.

-Mirame, Bee- Su voz me hizo temblar sintiendo la forma tan llena de cuidado que siempre utilizó conmigo antes de unirnos en un lazo lleno de amor, así que le miré cuando él pareció desviar su atención al centro de mi cuello -Aún lo llevas- Sostuvo entre sus dedos el pequeño hipocampo que colgaba de la delgada cadena que una vez él me regaló
-Dijiste que dejaría de brillar- Sonreí -Cuando no tuviera esperanza, pero su luz no se ha desvanecido aún- Me abracé de sus hombros sintiendo sus movimientos -Sobre todo en estos últimos días-
-Debes amarte lo mucho que te amo- Su frente descansó sobre la mía -Y te darás cuenta que nunca dejará de hacerlo-
-Necesito que tu me ames- Mis ojos estaban cristalinos y lo supe, porque él me besó tan fuerte y lleno de convicción como en el pasado, como cuando creía que su deber era arreglarme.
-Te amé desde el principio y lo haré por siempre- Sonreí abrazando su cuerpo sin detenernos.

Ese día hicimos el amor una y otra vez hasta terminar exhaustos, horas después almorzabamos frente a frente en una de las mesas del restaurante Denny's que solía ser nuestro viejo lugar de primeras citas cuando nos conocíamos, él sonreía y yo también, los rayos del sol volvían las calles y brisa con un ligero resplandor dorado.
-¿Recuerdas esa vez en el baile dónde nos conocimos?- Asentí y cientos de imágenes volvieron a mi mente -No pude parar de pensar en ti esa noche después de que volví a casa- Dejó los utensilios sobre la mesa -Así como no pude parar de pensar en ti cuando te vi con...-
-Bill sobre la acera- Terminé su oración
-Vaya que me tomaste por sorpresa- Rió levemente -Joder esa mañana, Jena y yo tuvimos una discusión- Pasó sus dedos bajo su cabello algo incómodo -Ella decidió que salieramos a tomar algo de aire juntos porque no aguantaba la presión en mi cabeza y quizá...de camino regreso a casa podríamos hablarlo- Me miró -Pero luego apareciste tu, con tu desaliñado cabello y viejo bolso que no has cambiado- Sonreí porque tenía razón -Era tu bolso favorito y el mío también porque podíamos meter dos increibles hamburguesas de tocino a las salas de cine y entonces así solo pedíamos unas palomitas y una soda para ahorrarnos la larga fila de dulcería- Reí recordando lo extraño que nos veía la gente cuando adentrabamos comida de contrabando -Tengo que ser sincero contigo, Bee- Suspiró -Cuando volví a casa junto a Jena esa mañana, no podía parar de pensar en como podía volver a ti- Colocó una de sus manos sobre la mía -Debía hablar con Jen sobre la discusión, se suponía que lo haríamos, pero no podía, no podía sacarte de mi cabeza-
-Zachary-
-Quiere tener una familia- Sus manos cubrieron sus ojos queriendo enloquecer -Tan pronto como estemos casados- Rió con ironía -Es por esa razón que también estuve atrasando la boda- Mi corazón se apagó en ese momento -No es que no la ame- Miró sus waffles unos segundos y sabía que estaba pensando como explicarse con palabras sin hacerme daño -Pero Bee, ¿cómo podría hacer una vida si no es contigo?- ¿Porqué debíamos hablar de eso ahora y en ese lugar? Era lo único que podía pensar -Te tengo frente a mi y yo...-
-Eligela a ella- Hablé sin dejarlo terminar y un silencio tenue se estableció entre él y yo.
-¿Por qué es tan difícil hacerte entender que te amo?- No pude responder su pregunta, se sentía como aguantar la respiración, siempre se sintió de esa manera los últimos meses que estuvimos juntos.
-Nadie me quería contigo de esa manera- Miré mi mano sobre la suya
-¿Nadie? ¿¡Qué hay de mi, Elise Bee!? Yo te quería conmigo de esa manera- Jamás lo había visto tan lleno de enojo y tuvo que ocultarlo por no querer arruinar el almuerzo del resto de personas en ese lugar  -Eso era lo único que importaba- Me miró con tanta tristeza
-Zach- Intenté detenerlo pero él ya se había marchado.

Nota: Dije que haría maratón pero me doy cuenta que en realidad no falta mucho para que esta historia llegue a su fin:c sería aventarselas de p*utazo si hago maratón jaja </3 espero puedan seguir comentando:c y a las lectoras que vayan comenzando a leer la historia a pesar de que ya haya llegado al final, comenten las cosas buenas y malas, en verdad no tienen idea de cuanto eso me ayuda a mejorar en mis próximas historias, me agradan las sugerencias jaja:c les estaré avisando cuando suba la próxima historia que trataré que sea igual de linda que esta jaja, gracias por leer❤

Hard to Love (Zachary Levi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora