Kirishima a sus 16 años podía dudar de muchas cosas, pero había algo de lo que estaba seguro: era gay. No se sentía listo para decírselo a los demás, y estaba seguro de que nadie lo sabía o sospechaba, pero al parecer las paredes eran muy delgadas...
¡Hola! No me gusta mucho hacer notas al principio del capítulo, pero creo que es necesario aclarar algo antes de seguir. Cualquier cosa que digan los personajes no necesariamente muestra la forma en que yo pienso, si no más bien es para representar la ignorancia que varios tienen respecto a estas cosas, y es que a esa edad hay muchos pendejos que siguen creyendo cosas que no son o en estereotipos (arroba algunos compañeros míos de clase). Y también, claro, yo he hecho mi propia interpretación de cuál sería la forma de pensar de cada personaje basado en distintas cosas, y obviamente no es canon. Tras esta aclaración y una pequeña disculpa por no haber actualizado en un mes (globales culiás fkadhfd), les dejo con el siguiente capítulo.
Re formal yo, ktpaza.
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Encontrar el momento perfecto para hablar a solas en esa residencia era como esperar ver al cometa Halley. No importaba cómo, era muy raro lograr que nadie se apareciera en los momentos menos oportunos, y eso ya estaba cansando a Kaminari. Terminaron las clases e intentó encontrar el mejor momento para hablar con Sero, sin embargo, no fue fácil lograrlo. Primero, el pelinegro estaba entretenido hablando con Mineta, después a él le tocaba limpiar la residencia junto a Satō, y finalmente tras salir de su habitación en la cual estuvo encerrado como dos horas aparentemente "estudiando", logró topárselo en la cocina de forma accidental, ya cuando pensaba en rendirse.
Al verlo dio un pequeño respingo, mas no le habló de inmediato, tan sólo entró y se mantuvo callado mientras cada uno hacía lo suyo, dándole una que otra mirada disimulada al pelinegro. Y así pasaron unos minutos en los cuales el rubio intentó planear una forma de iniciar la conversación. Sin embargo, como Kaminari era... bueno, él, no supo cómo no parecer ansioso ni delatar el verdadero motivo de su búsqueda, por lo que sacó su móvil y entró a la primera red social que le apareciera y buscó en su inicio algo decente que le sirviera de excusa para iniciar charla con Hanta. No fue mucho lo que tuvo que buscar hasta que en su inicio apareció un vídeo bastante estúpido en verdad, y tras verlo él y reír, se acercó al pelinegro con el celular en mano como si nada extraño estuviera pasando.
—Sero, mira este vídeo —dijo entre risas Denki.
El más alto no rechazó el acercamiento ajeno y tampoco se rehusó a ver el vídeo, mas no se vio muy interesado o entretenido por ello mientras que Kaminari estaba que se ahogaba con su propia risa incluso después de reproducirlo unas siete veces, lo cual era raro puesto que Sero era bastante conocido por su flojo sentido del humor y esas carcajadas que se escuchaban hasta al otro lado del Océano Pacífico. Hasta el peor chiste del mundo lo hacía reír, ¿por qué este gracioso vídeo no?
El rubio, tras lograr calmarse y regular su respiración, lo observó intrigado. Aunque sabía que algo le pasaba, no lograba dar con la razón de esa actitud tan inusual del chico, y eso le molestaba porque pensar e inferir no eran sus mejores habilidades, por no decir que eran las peores. ¡Y ya le estaba empezando a doler la cabeza intentando adivinar lo que sea que estuviese provocando ese extraño comportamiento de Celophan!
