🏳️‍🌈dieciséis 🏳️‍🌈

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oigan yo empecé este fic antes de que saliera que xxxxxxx era el traidor y fingiré que eso nunca pasó ok, horikoshi no existe

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"Intentaré superarte, y una vez lo logre volveremos a ser los mismos de siempre. ¿Está bien?"

Kirishima ya había llegado a un punto en que debía hacer una recopilación de las frases más payasas y ridículas dichas por él mismo. Su dignidad ya estaba por el suelo para ese punto.

¿Qué rayos era lo que le daba en esos momentos donde un extraño impulso de confianza se apoderaba de él? En serio, tenía que comenzar a controlar mejor esos malditos impulsos. Después él mismo la andaba sufriendo por las idioteces que salían de su boca. ¿Cómo podía haberle dicho con tanta confianza a Bakugō que lo superaría? ¡Hasta él mismo estuvo convencido de poder hacerlo por unos momentos!

Bueno, probablemente estaba siendo muy duro consigo mismo. No es que fuera una completa idiotez, de hecho, de verdad deseaba que eso pasara, casi tanto como deseaba que mágicamente Katsuki sintiera lo mismo que él, se legalizara el matrimonio igualitario en Japón, se casaran, adoptaran dos hijos y un perro llamado Firulaisu. Pero era muy optimista de su parte prometerle algo como eso al rubio con tanta seguridad. ¿Cómo se supone que cumpliera con esa promesa cuando tenía la certeza de que cada día su corazón latía más fuerte por Katsuki? Y es que, mierda, no es como si el rubio se la hiciera fácil. Además, juraba por su mami que con el tiempo el maldito se volvía más condenadamente guapo.

Al final quizás y solo estaba dejándose llevar por la ansiedad, ansiedad que no sabía si era porque estaban a cinco minutos de comenzar el dichoso musical en el que tanto trabajaron y se esforzaron, o porque desde su lugar tenía una vista perfecta de Bakugō en su batería. Podría ser un poco de ambos factores, después de todo, con tan solo una de esas opciones era suficiente para matarlo de los nervios. Al menos el musical era temprano, estaba programado para las diez de la mañana y nada más duraba media hora, así que tendría el resto del día para disfrutar de juegos, comida y más del festival. Aunque pensándolo bien, la comida no sonaba tan atractiva cuando el estómago le apretaba tanto como le sucedía en ese instante. Definitivamente no era el mejor momento para preocuparse de cuántos dangos o taiyakis se iba a comer.

Al menos él no servía para lo artístico, así que no debía hacer gran cosa más allá de mover cierta utilería y elementos de la escenografía además de aparecer cinco minutos al fondo. Pero de que estaba nervioso, estaba nervioso.

Tomó una bocanada de aire. Las luces se habían apagado a excepción de las del escenario. Sabía lo que eso significaba.

—¡Estudiantes, profesores e invitados! —Aoyama era quien estaba en el escenario solo frente al público. Si bien normalmente era el presidente el que hacía la presentación, los delegados de ambas clases preferían quedarse tras bambalinas que hablar hacia un tumulto de gente desconocida. Yūga, en cambio, adoraba hacerlo—. Les damos la bienvenida al Festival Cultural de nuestra preparatoria. Esperamos que lo estén pasando fenomenal. Somos el segundo año A y B del curso de héroes, y hemos trabajado juntos arduamente para traerles un musical increíble. Esperamos que lo disfruten, y muchas gracias por estar aquí.

¡Sí, soy gay! 🌈kiribaku/bakushimaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora