Primeros pasos en una relación - | KiriBaku / BakuShima |

|Primer fiebre|

Los personajes de Boku no Hero Academia no me pertenecen, solo el amor que les tengo.

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Kirishima se quejó mientras apoyaban un paño frío en su frente, su pareja lo tapó bien con la frazada y acercó un plato de sopa.

—No te quejes, es para que te baje la fiebre —dijo Bakugou apoyando el plato sobre la bandeja que había sobre su novio y lo miró, esperando a que comiera. Kirishima pasaba la mirada de la comida, a Bakugou. De Bakugou a la comida. Dejando entrever en su mirada lo mal que se sentía— Espero que no estés esperando que te dé de comer.

—Por favor —respondió tan alto como le permitía su adolorida garganta.

Bakugou volvió a estudiarlo con la mirada, sacó el paño que ya estaba caliente de su frente para mojarlo y volverlo a apoyar. Podría hacer cualquier cosa que le pidiera al verlo en ese estado.

—Bien —dijo acomodándose mejor frente suyo— cuando estás enfermo eres realmente necesitado —dijo en tono de fingida queja, acercándose la cuchara a la boca para soplar y terminando llevándola a los labios contrarios. Kirishima abrió la recibió gustoso, como en las siguientes cucharadas hasta terminar el plato.

—No me molestaría que te acostumbres a cuidarme —dijo cómodo en la cama mientras Bakugou dejaba la bandeja en el escritorio que estaba frente a esta.

—Lo que falta es que comiences a enfermarte solo para que te consientan —Kirishima dio una risa leve, mientras sus ojos lentamente se cerraban por el sueño que la fiebre le daba. Bakugou sacó su celular y se sentó en el suelo junto a la cama. Por suerte ese día no habían tenido clases, así que pudo estar todo el tiempo junto a Kirishima para cuidarlo apropiadamente, solo se alejó para poder cocinarle dejándole a cuidado de Shouji, pero preparó la comida lo más rápido posible para volver a acompañarle.

—Blasty —dijo Kirishima, girándose para poder verlo. Con los ojos entrecerrados y estirando la mano que Bakugou no tardó en tomar.

— ¿Qué?

—Gracias por cuidarme. Todavía no puedo creer que seas mi novio, parece un sueño creado por la fiebre.

—Ya pasó una semana, deberías adaptarte —dijo con una pequeña sonrisa, devolviéndole la mirada.

—Si ya sé. —Acarició la mano, antes de llevársela a la boca y plantar un pequeño beso— Te amo.

Cerró los ojos concentrándose en seguir la ruta del sueño reparador, con la mano contraria —incómodamente, para Bakugou— cerca de su pecho. Con el otro intentando asimilar que por primera vez alguien ajeno a su familia le había dicho esas palabras.