Día 7: Ojo.

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No sabía como todo esto había comenzado.

Mi corazón se aceleraba cada vez que nuestras miradas se cruzaban, mi cuerpo temblaba, las manos me sudaban y el aire se escapaba de mis pulmones. Todo en él era perfecto, su cara, su cuerpo, sus acciones y su personalidad, absolutamente todo.

Pero lo que más me gustaba eran sus ojos. De color miel, brillantes y llenos de energía.

Siempre que esos ojos se fijaban en mi, mis mejillas ardían y las mariposas en mi estómago revolotean como nunca lo habían hecho.

- ¿Quieres salir algún día conmigo?

Casi me desmayé cuando me dijo eso.

Este sábado nos encontramos en el parque a las ocho de la noche, al principio me pareció raro, pero me dijo que me tenía preparado una sorpresa.

Cuando lo vi, casi se me sale la vida, estaba más guapo que de costumbre. Tenía unos jeans negros rasgados, una camisa blanca y un abrigo de lana marrón.

Y yo todo desastroso con mi pantalón ancho gris y un buzo negro.

- ¡Hola!

Fue lo primero que dijo al verme, casi me dio un infarto de lo feliz que se veía.

- Sigueme, no tenemos tiempo.

Ni me dejó reaccionar que tomó mi mano y me arrastró por la mitad del parque, hasta que encontró una buena zona. Despejada de árboles, con puro pasto y todos los bichos que pueden haber ahí.

Lo primero que hizo al llegar fue soltar mi mano y tirarse al pasto, acostándose de manera que pueda ver el cielo estrellado. Yo, como no sabía muy bien como proceder, me senté a su lado.

- Y... ¿Para qué me trajiste aquí?

Le pregunté con bastante curiosidad, mientras miré al cielo. Era una noche despejada y de luna llena, bastante bonita.

- Acuestate a mi lado y ya verás, esta por comenzar -La sonrisa en su rostro no se iba.

Por unos segundos lo pensé, no estaba muy al tanto de que quería que viera, pero me termine acostando igual, un poco alejado de él.

Esperé unos segundos mirando al cielo, pensando que él iba a decir o hacer algo interesante en ese momento, y cuando yo mismo estaba por acotar algo, pasó.

Una lluvia de estrellas empezó.

Por unos segundos, me quedé apreciado la bella escena que estas daban, sin darme cuenta de que mi acompañante no estaba mirando al cielo, sino a mi.

- Es bastante lindo como las estrellas se reflejan en tus ojos.

El comentario que soltó hizo que me exaltara y me escondiera un poco en en mi buzo, el cual me quedaba grande.

- ¿Por qué dices eso? -Las palabras que decía se distorsionaban bajo el buzo.

- Porque quería... Además, todo de ti es lindo.

Me voltee a verlo cuando escuché decirle eso, no podía creerlo.

Mis ojos se encontraron con los suyos en ese momento, y ahí supe que todo lo que decía era cierto.

Los ojos de amor son fáciles de reconocer.

Fictober [2018]Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora