VIII

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Mi precioso bebé estaba parado junto a al escritorio, esperando a que terminara el trabajo que me quedaba, después de todo la empresa estaba teniendo muchas ganancias y contratos. Pero mi Jimin necesitaba su tiempo de juego, especialmente porque no se había corrido en una semana.

—¡Mommy, por favor! —Se quejó y se arrodilló para llegar a tu nivel.

—Por favor, ¿quién es mi bebito? —Lo arrulló, como amaba mis apodos, probablemente demasiado, ya que esa fue la razón por la que la tensión en sus boxers empeoró.

—¡Juega conmigo mami! Es realmente muy difícil ... —Se detuvo en un gemido silencioso y apoyó la cabeza en tu muslo.

—Pronto bebé —Le sonrío y comienzo a acariciar su cabello, otra cosa por la que no pudo resistirse a gemir.

—Está bien, mami —dice y volvió la cabeza para poder mirarme.

—¿Por qué no... —Me asomo a su nariz—, vas a buscar el anillo para tu linda polla mientras mami termina, ¿vale, bebé? —preguntó y sonrió cuando su rostro se iluminó de emoción.

—¡SÍ, mami! —Se levantó y corrió a nuestra habitación, lo escucho dar vueltas antes de que saliera corriendo, deslizándose por el suelo hasta el último momento.

—Buen chico —Lo felicito, tirando de sus pantalones y boxers.

—Gracias mami. —Suspira profundamente y mira mis manos mientras se acercaban.

Envuelvo mi mano alrededor de su polla y con mucha lentitud comienzo a bombear, haciéndolo casi gritar.

—El anillo bebé~ —Extiendo la otra mano y él se lo pone vacilante en la punta de tus dedos. Yo sonrió y puso el anillo vibrador en la parte inferior y miró hacia arriba.

—¿Estás listo, príncipe? —Sonríe confortablemente y frotó ligeramente la punta con el dedo índice, haciéndole gemir y flexionar sus muslos.

—Sí, mami —Él se quejó, pero después se agacho para encenderlo.

—Hey, —Golpeó su mano con suavidad y lo fulminó con la mirada—, lo enciendo y apago, ¿entendido? —digo con una voz molesta. Él gimió, su punta comenzó a filtrarse solo por las meras palabras que le decía.

—Sí, mami. —gime y se retracta de su propia mano.

—Qué buen chico. —Le halago y le beso el hueso de la cadera antes de ponerlo en la posición más baja.

—AaaaAAh —jadea y gime, lo amo cuando se pone así, sensible y ya cerca de acabar antes de que incluso hubiéramos comenzado.

Bombeo mi mano hacia arriba y siento como sus músculos se tensan, miro sus ojos y me burlo de él. Lo dejo ahí y regresó a hacer mi trabajo.

—¿M-mami?

Mi bebecito hermoso me mira suplicante y yo le sonrió.

A veces está bien que sufra un poco.

A veces está bien que sufra un poco

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My Baby Jiminie | BTSOnde histórias criam vida. Descubra agora