XXXI

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Hoy me decidí. Son pasadas de la medianoche, tengo una botella de Jack Daniels a mi lado, que está junto a una de Jhonny negro vacía. Hoy fue un mal día, un muy mal día.

Con movimientos torpes sacó el sobre manilas con las fotos que nunca me atreví a ver. Hace más de una semana que deje de requerir los servicios de detective de Cobra, no me enorgullezco de hacer seguir y fotografiar a mi novio, pero... esa mujer, ella lo cambió todo. Con su llegada empecé a sospechar, yo confie en Jimin y ahora solo me hundo en el delicado alcohol...

Por la mierda ¿cómo acabe así?

Mis dedos se dirigen al sobre, esta algo robusto. Las fotos están esparcidas por el escritorio, las imágenes nublan mi cabeza y el alcohol me hace delirar.

Pero, espera. ¿Yo en realidad lo quería? o ¿solo era una farsa? Demonios, ni siquiera sé cómo carajos me siento. ¿Estaba con él por un estúpido compromiso que yo me puse? el compromiso de no romper su corazón dulce, suave, inocente y delicioso.

—JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAaaa... —Me rio, me rio de mí misma, si soy una idiota.

Me he levantado para seguir mirando las fotos de la traición de Jimin en un lugar más cómodo, ¿qué mejor que el puto sofá de cien mil dólares que compre por puro capricho? Con la botella en una mano y las fotos que alcancé a tomar me dirigí hasta allí, me tropiezo una que otra vez, lo normal al estar ebria.

Si, estoy jodida.

Me acuesto y miro esas pruebas mientras mi garganta se inunda el sabor de la malta cara. Siento las mejillas mojadas... tan mal. Estar llorando por un farsante, eso no es propio de mí maldita sea... pero lo estoy haciendo, estoy llorando y vaya que me gusta.

—¿Hola? ¿hay alguien aquí?

—¿Qué mierda? —Digo para mí misma.

Me levanto torpe del maldito y caro sofá. Camino tropezando por la falta de luz. Y termino sobre algo suave que me atrapa. Siento el toque pasar por mis brazos hasta sentarse aun conmigo encima ¿puede ser una persona?

—Mi cabeza... —NO—. Duele... C-ceo ¿qué haces aquí? —Se acerca a mí, sus manos van a mis mejillas y su respiración es muy cercana.

Lo aparto y me quedo en el piso, la botella se ha roto. Ese chico se pone de pie y escuchó sus pasos alejarse y luego mis ojos son atacados por la maldita y asquerosa luz, los cierro para evitarla. De nuevo sus pies avanzan hasta a mí, pasan a través del campo minado por vidrio hasta quedar junto a mí.

—Ceo... tú ¿estás bien?

¿Estoy bien?

Flashes retumban en mi cabeza como millones de misiles norcoreanos hasta mi cuerpo. Mi cerebro se nubla y mis ojos se cristalizan. Lo sé, volví a llorar. El dueño de esa voz conocida se agacha hasta quedar a mi lado y me envuelve con sus brazos. Y lloro, lloro cada vez más fuerte.

Él me alza como puede y me lleva hasta el sofá de la mierda. Un zumbido ensordecedor llega a mis oídos, es ese maldito sonidos de los mil demonios. Se lo que sus ojos enfocan, las fotos de Jimin junto a Lisa son su foco de atención, yo lo ignoro.

—Ya veo... siempre tan feliz y dándonos ánimos, te engaño. Lo siento, ceo. Solo puedo hacer unas cosas por ti...

Y no, no me beso, esto no es un cliché.

Me dejo recostada y encendió el fuego de la estupenda chimenea que según el arquitecto "le daba más elegancia a la oficina" y que también costaba los putos cinco mil dólares más, dejando eso y al zorro arquitecto él caminó por toda la oficina.

Sus alas revoloteaban por todo el lugar, lo veo desde el sofá, recogiendo las fotos y las botellas de alcohol que están en el piso. Las plumas se desprenden de sus alas mientras camina hasta donde estoy yo. Siento calor y el me ayuda hasta quedar frente a la maldita chimenea.

Se sienta a mi lado, en el piso. Sus alas me cubren de la tristeza que siento por las tontas fotos que están frente mío. Regreso a mirarlo, él toma un trago del alcohol de la botella y luego me la pasa, yo la alzó y tomó un sorbo.

—Lamento si creíste que iba a hacer otra cosa... el alcohol ahoga las penas... —Asentí y volví a tomar de la botella—. ¿Qué te parece si las quemamos? No borrara el recuerdo, pero... es simbólico.

Ambos nos acercamos hasta el borde del fuego y con un movimiento de cabeza hice lo que debí hacer. Arroje todas las fotos al fuego. Él me acerco a su cuerpo y me abrazo con sus alas.

—Gracias...

Yo me acurruqué entre su pecho y vi una pluma llegar al piso antes de quedarme dormida.

Con estas ediciones me he dado cuenta de que mis protagonistas tienes leves problemas con el alcohol

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Con estas ediciones me he dado cuenta de que mis protagonistas tienes leves problemas con el alcohol.

My Baby Jiminie | BTSWhere stories live. Discover now