Alex estaba en su despacho del apartamento, tenía una caótica conversación por celular. Solo eran gritos los cuales ni siquiera podía entender. Yo estaba viendo televisión y enviándole mensajes a Lisa.
Cuando los gritos y el bullicio acabaron me acerque y toque la puerta.
—Pasa...
Asome mi cabeza por la puerta. Alex estaba sentada en la silla del escritorio con sus lentes de marco redondo que usaba para no forzar su visión.
—¿Todo bien en el trabajo? —Le digo acercándome de a poco.
—Uh... algo así, los socios quieren recibir más dinero sin dar nada a cambio... son unos imbéciles.
—Se solucionará, no te estreses tanto, Alex, esos viejo no valen la pena. —Le sonrió y ella me lo devuelve.
Un mensaje llega mi celular. Es de nuevo Lisa.
—Cariño, tengo un atuendo especial para ti. ¿Por qué no vienes y lo miras?
—Estoy en camino. —Tecleo rápido. Alex ni siquiera lo nota
Titubeo un rato por la habitación hasta que se lo digo:
—Alex, hermosa, saldré a el centro comercial quiero comprar unas cosas para mi. Volveré más tarde, me avisas si quieres algo.
Entonces salí del despacho sin dejarle opción a decir nada, cogí el abrigo del perchero de la entrada y me encaminé al pequeño estudio de Lisa.
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—¿Hola? Cobra... si es para lo que te había comentado... necesito que lo sigas, fotografíes a cada lugar al que va y cada persona con la que habla... Te pagare bien. Gracias, hasta pronto.
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