15 - Juegos de cama

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Nos dais el poder de amaros, protegeros y cuidaros. Nos dais el poder de haceros daño y a la vez... nada es nuestro.

***

Salió del baño con un camisón de raso azul turquesa y descendió las escaleras de la casa. Seokjin estaba en el salón, sentado en una de las butacas de corte isabelino con la pequeña caja de música antigua, que había comprado días antes de la boda de Yoongi. La pequeña bailarina giraba al compás de una melodía que no conocía. Se acercó a él y se sentó en el apoyabrazos.

—¿Qué canción es?

—La bohème. Es preciosa, ¿verdad?

—Sí...

—Tengo otra de Mozart, pero personalmente me gusta más esta, no es tan habitual. —Sonrió y cerró la cajita—. Espero que todas mis cosas no tarden en llegar.

—Entonces te quedas definitivamente aquí.

La miró con tristeza y la cogió en los brazos. Apartó su larga melena de la cara y la besó en la mejilla con dulzura.

—¿Cuántas veces tengo que decirte que no me voy a ir de aquí?

Soomin ensombreció el rostro y él la miró extrañado.

—Seokjin —musitó—, quiero saber qué hay al final de todo.

—Soomin...

Ella se sentó sobre sus rodillas y lo rodeó con los brazos. Su flequillo largo caía por su frente dándole a su rostro un aire infantil.

—Escúchame, por favor... No quiero estar con un hombre que me oculta una parte de él, que no puede sacarla fuera por temor a hacerme daño...

Seokjin tensó los músculos del cuerpo y miró hacia la cajita de música.

—No quiero hacerte daño —dijo suavemente.

—Seokjin, algún día lo necesitarás, no quiero que busques lo que no quieres hacer conmigo. Ayer, te perdí por momentos, estabas... en otro lado...

Vio sus ojos vidriosos... Aquello era algo que de niña siempre le había llamado la atención. Seokjin era capaz de llorar como un niño y, aun así, cuando recuperaba la cordura seguía siendo la viva imagen de un hombre tan oscuro como dulce, tan aterrador como cariñoso y apacible. Seokjin ladeó la cabeza para apartar los ojos de ella y comenzó a respirar más rápido...

Su pecho subía y bajaba ansioso.

—Seokjin...

—Soomin —Su voz se quebró y la miró angustiado—. Sigues siendo tan osada...

—Siempre podremos parar, lo dijiste tú —insistió y le cogió la cara con ambas manos—, bailar es lo mismo...

—No, Soomin, no es lo mismo —su voz ahora sonaba desgarradora—. Puedo bailar contigo hasta que tú decidas lo contrario... ¡Oh, Soomin, no lo entiendes!

—La abrazó y apoyó la cabeza en su hombro—. Hay una fina línea que divide lo correcto de lo no correcto; no sé parar cuando la paso, no quiero que me pase eso contigo... No contigo...

Soomin se apartó y suspiró. Besó su frente.

—Será como tú digas. —No soportaba verlo así—. Está bien...

—Sube a la cama; yo voy ahora mismo, Soomin.

Ella obedeció y desapareció tras la puerta del salón. Seokjin recogió la cajita de música y la colocó sobre la chimenea de piedra, miró a través de la ventana y respiró profundamente. Vio a Soomin través del reflejo del cristal detrás de él.

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⏰ Ostatnio Aktualizowane: Oct 09, 2018 ⏰

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