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CAPÍTULO 10 | Incompatibles.
Lía.
La mirada intensa hacía mi del alemán se corta cuando el mozo trae los pedidos.
Agradecemos al mismo tiempo y se va, dónde Draxler me sonríe con complicidad y no entiendo él por qué, aunque sabía que iba a ser esto toda la noche, solo por saber y ver que me molestaba.
—En serio, ¿Puedes parar? —pregunto cansada.
Él suelta una risa, levantando su mano.
—No estoy haciendo nada. —contesta, lo miro seria y él solo se esta aguantando las ganas de sonreir de orejas a orejas—. Bueno, esta bien, si no quieres que te mire, cuentame de ti...
El mozo vuelve aparecer en ese momento para dejar una botella de vino y retirarse.
La mirada de Julian vuelve a mí y suspiro.
—¿Qué quieres saber?
Él se encoge de hombros.
—No sé, cuantos años tienes, que haces de tu vida, que hacías con mi celular, lo que quieras.... —contesta y mira su plato.
—Lo mismo me pregunto, ¿Que hacías con mi celular? —cuestiono y antes de empezar a comer, Julian se ríe.
Le da un bocado a su plato para contestar después.
—No lo sé, pero es loco ¿No crees? La mayoría de veces, pierdes tu celular, no lo cambias o te llevas por equivocación el de la otra persona. —razona y lo miro esperando que siga hablando, hasta que arquea una ceja—. ¿Será el destino?
Estaba esperando eso o algo como eso, es que Julian parecía muy predecible, pero esperaba que no lo sea, bueno tenía un poco de esperanza. Así que solo niego.
—O tal vez eso solo paso porque yo estaba muy borracha y tu también... —me expreso siendo la opción más razonable.
Julian asiente varias veces.
—Si, creo que es eso. —suelta dandome la razón.
Comemos y quiero decir en silencio pero no, el alemán parecía estar muy simpático esta noche. O lo fingía muy bien.
—¿Cuando es que me dices que aceptaste por presión, pero en realidad aceptaste porque te morias por verme de nuevo? —suelta y casi escupo la comida, pero de la risa.
Me limpio la boca con la servilleta y tomo de la copa de agua para después si reírme.
—Voy a hacer como que no escuche eso. —digo y en ese momento Draxler me mira con una sonrisa burlona—. Si estoy aquí es por tu culpa...
—¿Mi culpa? —se queja Julian, niega.
—Claro que sí, te hiciste pasar por mí. —le recuerdo y frunce su ceño por momentos—. Acordando una cita con alguien que estaba evitando y salí hoy contigo para librarme de él...
