Hola, Jirafa

»Día 12«

10:15 am
Escuela.

No estaba haciendo nada en particular. Simplemente caminaba hacia el salón de ciencias con sus libros en las manos. Cabeza gacha y pasos torpes. Metros antes de poder dar la vuelta y entrar, dos personas se interpusieron en su camino, empujándolo a un aula vacía.

–Hey, gigante.

Apretó los ojos, colocándosele la piel de gallina al instante.

–Eres un marica, aun no te hemos tocado y ya estás llorando –el chico lo empujó hacia atrás con violencia, mientras la mujer reía a carcajadas.

–Maldito fenómeno, no sé cómo saliste de tu madre sin partirla en dos.

Lanzó un golpe dirigido a su mandíbula, haciéndolo caer al suelo por el impacto. Se frotó el sector lastimado de su rostro, intentando inútilmente aliviar la sensación de dolor. Antes de poder siquiera pedir compasión a los agresores, una patada fue directo a su estómago, obligándolo a doblarse por completo.

–Te dije que te mantuvieras alejado de nosotros. ¿No te quedó claro la última vez? Me das asco, no quiero tener que verte rondando en los pasillos como un imbécil. Si llego a toparme contigo una vez más, prepara tu cara para otra sesión de boxeo.

La chica se acercó para escupirle, antes de que el otro la sujetara por la cintura y se alejaran.

Se levantó tan lento como pudo, sujetándose a sí mismo por el estómago, conteniendo las ganas de vomitar. Sentía una horrible mezcla de miedo y rabia.

Miedo por las amenazas recién escuchadas.

Rabia por no ser lo suficientemente valiente para defenderse.

Respiró profundo antes de abrir la puerta y salir, oyendo el timbre para ir a clases. Se irguió secando las lágrimas de su rostro y siguió su camino, como si nada hubiera pasado. Iba tarde, otra vez.

Pero alguien iba tan tarde como él.

N/A: feliz año nuevo, loves ❤