»Día/Mensaje 40«

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Jueves, 10:15 am
Salón de ciencias.

Movía el lápiz nerviosamente en su mano derecha. El profesor hablaba de un tema que ya se sabía. El resto de la clase escuchaba o hablaba. Su compañero de banco prestaba total atención, mientras movía frenéticamente la pierna por debajo de la mesa.

Max abrió una hoja aleatoria de su cuaderno y garabateó algunas líneas sin sentido. 

Su mañana no había ido nada bien. Su madre le había llamado tonto por haber chocado con una pared de la escuela, provocándole un terrible moretón en el pecho (claramente mentira); Leah no había asistido a clases, justo el día en que no compartiría ninguna con Robbie; y el anónimo no había mandado su habitual mensaje cuando más lo necesitaba.

Suspiró cerrando los ojos.

–¿Mal día?

Los abrió de golpe al oír la voz de Ryan en un susurro.

–Algo así –respondió usando mismo tono. 

–Si quieres, podrías almorzar conmigo y los chicos hoy, para animarte un poco, digo. No te vi con tus amigos en la cafetería temprano.

Tragó saliva antes de responder.

–G-gracias –sonrió sin atreverse a mirarlo–. Y sobre eso, una de ellos faltó hoy y el otro tiene muchos trabajos que terminar durante el día.

–Entonces quédate con nosotros. Te prometo que te divertirás.

Esta vez, sí conectó sus ojos al sonreír.

Volvieron su atención a la clase. Escuchó algo sobre las hormonas y el crecimiento. Su crecimiento se había detenido hace unos años, había sobrepasado el ideal que tenía, pero no había nada que hacer al respecto. Y sus hormonas se comportaban como siempre. Solo algunas veces se alteraban (cuando Ryan estaba cerca, como en ese momento), pero por lo demás, todo estaba en orden.

Sacó su celular para revisar el tiempo que restaba de clases, cuando en vez de eso, notó que el tan esperado mensaje, sí había llegado.




"Hey, Max:

Hablé con Robbie hoy. Me preguntó si te había visto y cómo te encontrabas. Tienes un amigo bastante atento.

De un anónimo que habla con tus amigos.

jueves, 10:05 am



Casi no nos veremos hoy, yo también estoy preocupado por él.

jueves, 10:20 am



Pues te informo que está bien. Algo agitado por todo lo que tiene que hacer.

jueves, 10:22 am



Me alegra oírlo. ¿Y tú, cómo estás?

jueves, 10:23 am



Bien, viéndote soñar con Ryan Gosling.

jueves, 10:24 am."




Se sobresaltó. Volteó, llamando automáticamente la atención de su compañero, y miró a los estudiantes tras de sí. Unos escuchaban, otros escribían, un par dormía y los demás hablaban entre ellos. Una chica encontró su mirada y le frunció el ceño, obligándolo a volverse al frente.

–¿Pasó algo? –le preguntó Ryan.

–No, nada. Solo... un mensaje extraño.

Notó como el chico daba un vistazo rápido al celular, levantado las cejas luego.

–¿Número desconocido? ¿Te mensajeas con anónimos, Max?

–¡No! –levantó la voz, antes de sonrojarse y susurrar–. Es decir... sé que es de la escuela y cursa preparatoria como nosotros. Lo que desconozco aún es su nombre.

–Es decir, sí.

Rieron por lo bajo.

–¿Tú has mandado uno alguna vez? –preguntó.

–Pues claro, a una persona que me interesaba. Era mucho más sencillo que hablarle de frente –respondió con tranquilidad.

Max lo miró por un momento. Su cabeza comenzó a trabajar a mil por hora, intentando unir cabos para encontrar una posible solución a todo el misterio que lo envolvía. Hizo una última pregunta.

–Y... ¿sigues mandándolos?

–Algunas veces.

–Jones, Rymer, silencio o los saco del salón.

Asintió, nervioso. El chico a su lado suspiró, sujetando en su mano su mentón y apoyando el codo en la mesa.

–Cómo me gustaría que lo hiciera.

–¿Qué?

–Así podríamos seguir nuestra conversación –guiñó un ojo.

Le dio una sonrisa forzada. Ryan Jones.

Hola, JirafaWhere stories live. Discover now