🐇 𝑈𝑠𝑎𝑖𝑑𝑎 𝑌𝑜𝑠𝘩𝑖𝘩𝑖𝑡𝑜 🐇

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Se notaba que la primavera estaba cerca, el clima se sentía algo más cálido, nada que ver con el frío glaciar del invierno. Siempre había pensado que la llegada de la primavera era indicio de una nueva etapa y por eso se encontraba ante la Academia Morinomiya; {T/A} {T/N} había sido aceptada para realizar unas prácticas para su trabajo de la universidad. Siempre le había gustado la idea de enseñar a los demás.

Se dirigió a la sala de profesores para presentarse y hablar un poco de lo que haría durante las próximas tres semanas; al impartir una asignatura de letras, el encargado de supervisar su evolución sería el profesor de literatura antigua. Como era inicio de curso, se podía ver a los alumnos decidiendo a qué clubs irían y otros que hacían publicidad para que los de primer año se uniesen. "Es muy nostálgico" pensó mientras miraba a los jóvenes, aunque ella no era ninguna vieja, pero parecía que había vivido aquello hacía mucho tiempo.

— Bien, niños, poneos en fila y no os separéis.

— ¡Sí!

Aquella voz que sonaba tan perezosa le resultaba familiar, demasiado tal vez, se giró hacia la fuente de aquel barullo para toparse con un hombre de estatura normal, cabello rosado y una mirada que siempre parecía cansada o perezosa; cargaba a un bebé a su espalda mientras en una de sus manos llevaba un cartel que ponía "Club de Niñeras", siendo seguido por cinco niños y un estudiante.

— ¿Oh? {T/N}-chan, cuánto tiempo. –dijo el hombre al percatarse de su presencia en el pasillo.

— Hola, Usaida... –lo saludó con un tono algo avergonzado.

Sí, lo conocía, era su mejor amigo de la infancia y juventud. Habían crecido juntos y su relación se vio cortada cuando ella decidió ir a la universidad para elegir una especialización y comenzar una nueva etapa.

— ¿Vendrás a dar clase aquí? –preguntó con curiosidad su viejo amigo.

— Solo estoy de prácticas, aun me falta para poder ejercer. –respondió esta, se sentía muy observada por aquel pequeño grupo de niños que la miraban con asombro.

— Me alegro que te vaya bien. –comentó el de cabello rosado sin más, disculpándose ya que iban seguir con la ruta para presentar el club.

— Así que conoces a Usaida. –el asombro del maestro se notaba tanto en su rostro como en su voz.

— Es un conocido de la infancia...

Aquella simple respuesta no dio por terminado el asunto, ya que el maestro le comenzó a decir que su viejo amigo era el encargado de la guardería de la Academia, cuidando a los hijos de las profesoras. Al escuchar esa noticia, rememoró que a Usaida siempre se le habían dado bien los niños;  había cuidado de ella ya que era tres años mayor.

Pasaron los días y {T/N} se había adaptado bien a la hora de observar en las clases, tomando notas para su trabajo final, no había vuelto a ver a Usaida desde que se encontraron de casualidad en el pasillo y en cierta manera así debía de ser. Seguro que estaría muy ocupado cuidando de los niños... como fuese, debía centrarse en lo suyo, no podía dejarse perturbar por Usaida.

La vibración de su móvil llamó la atención de la chica, había recibido un mensaje de su novio. Era extraño que le mandase mensajes cuando normalmente hablaban por la noche, pero normal que fuese a la luz del día. Había roto su relación, sin dar ninguna explicación, sin decírselo cara a cara... fue como recibir una bomba.

Se pasó el resto del día trabajando en su proyecto hasta que la noche cayó, su supervisor le había dicho que ya había hecho suficiente por hoy y que podía irse. En su mente se estaba preguntando qué había ido mal, ¿acaso había hecho algo? ¿el qué? "¿Por qué tengo tan mala suerte? ¿No será esto una señal?" pensaba, quizás debiese quedarse soltera para siempre. Nunca se había percatado de esa posibilidad, no había sido consciente del miedo que le daba pasar el resto de sus días sola; quizás se debiese a que en su vida no había estado sola. Sin embargo ahora tenía miedo, se notaba por las lágrimas que caían por sus mejillas.

Gakuen Baby Sitter {One-shot}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora