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Continuación del día 5/11/18

Jungkook llevaba un pañuelo con hielo hasta la mejilla de su novio, dando pequeños toquecitos en la zona lastimada.

—Gracias, Kookie... —murmuró en voz baja Jimin, mientras pasaba un brazo por su nariz y sonreía débilmente.

—Lo que sea por ti, bebé —dijo el castaño, continuando con su tarea
—¿Te sientes mejor? —preguntó con suavidad.

Jimin mordió su labio inferior, pensando en algo.

—¿Qué sucede? —Jungkook le miró.

—Tengo miedo de volver mañana
—confesó el pelirosa, bajando la mirada.

—Hey, mírame —pidió, y cuando Jimin obedeció, él le dedicó la mejor de sus sonrisas— No tengas miedo, amor. Sé que es inevitable tenerlo en la vida, pero debes de ser fuerte y valiente ante todo. Así es la vida, ¿sabes? De dura y difícil, sé que lo entiendes muy bien. Pero quiero que sepas que eres todo lo que anteriormente dije, fuerte y valiente. Así que, cuándo tengas miedo otra vez, piensa en mí, piensa en mis palabras y piensa que vales demasiado, que no mereces ningún tipo de mal ni discriminación hacia ti, y que eres un ser libre y hermoso creado para amar y ser amado, ¿me lo prometes?

Jimin sonrió con lágrimas en sus ojos.

—Te lo prometo.

Jungkook bajó el pañuelo de su mejilla y se acercó para abrazarle.
Jimin correspondió a su abrazo, derramando algunas lágrimas.

—Y sobre lo otro —continuó el castaño segundos después, sin separarse aún— No te preocupes por eso, yo me encargaré, ese idiota no volverá a ni siquiera verte, ¿vale?

Jimin asintió con la cabeza, sorbiendo su nariz.

—¿Qué hice para tenerte en mi vida, Jungkook? —preguntó.

Jungkook soltó una suave risita y se alejó, mirándole fijamente a los ojos de su novio.

—Te amo, Jimin —dijo.

El pelirosa hizo una mueca de dolor y con una mano tomó la nuca de Jungkook, le acercó a él y unió sus labios en un tierno beso.

Cada que se besaban sentían maravillosas sensaciones imposibles de describir. Era cómo, todo lo que estaba bien en el mundo ocurría en ese momento. Sentían el agradable sentimiento de estar haciendo lo correcto, de saber que era él y siempre fue él.

Entrelazaron sus manos en medio del beso, hasta sus manos estaban diseñadas para estar juntas y acoplarse a la perfección, ideales para uno y el otro. Las pequeñas y regordetes dedos de Jimin junto a las grandes y delgados dedos de Jungkook: perfecto.

Después de besarse por aproximadamente, veinte minutos.
Decidieron parar por ahora y continuar viendo la serie que estaban viendo juntos.

Jimin se levantó de la cama para agarrar el control remoto y después subirse a la cama y gatear hasta donde Jungkook, acurrucándose cerca de él y abrazándole de lado. Mientras que el castaño pasaba un brazo por sus hombros y lo acercaba más hacia él.

—¿Quedamos en el capítulo 23, cierto? —preguntó Jimin, alzando la cabeza para poder mirar a su novio.

Gracias a la tecnología de hoy en día, desde una aplicación podían ver películas y series al mismo tiempo, y de vez en cuándo las vean juntos en persona.

Jungkook frunció el ceño, confundido.

—¿No era el 24?

—No, ese aún no lo hemos visto, mira
—movió el control hasta el capítulo y efectivamente era correcto, estaba sin ver— Y el 23 tampoco.

Mondays ❀ kookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora