Prólogo: Novia fugitiva.

20.6K 2.1K 3.6K
                                    

Prólogo. - Novia fugitiva.

Tamborileaba los dedos con impaciencia, se consideraba una persona demasiado puntual y que otros no hicieran lo mismo le enfadaba de sobremanera. A sus 26 años era un hombre muy complicado, no tenía muchos amigos y en verdad le valía mierda ese hecho. Las opiniones externas eran un dolor de cabeza para él, por lo que nunca les dio la debida atención.

Actualmente dirigía un negocio que poco a poco prosperaba y tenía una excelente socia a su lado, así que no se podía quejar. El "Rose Velvet", que era como se llamaba su agencia de banquetes, era un sitio que ya tenía su fama gracias a su madre y su arduo trabajo, pero en el instante que él heredó dicho establecimiento, las dudas ajenas se posaron sobre él, dispuestas a hacerlo pedazos.

Aunque claro, él tan orgulloso e invencible, les cerró el hocico con maestría y perfección.

—¿Cuánto más vamos a esperar? Mi tiempo es dinero señora—reclamó de forma prepotente el rubio empresario.

La mujer a su lado, rubia también, de labios carnosos, ojos gigantes y llenos de curiosidad, se infartó al ver a su amigo hablarle de esa forma tan brusca a una futura clienta. En ocasiones ella había tenido que recurrir a su encanto y amabilidad para salvar el barco que el hombre, su socio, hundía con su forma de ser.

—Lo que Bakugou-kun quiere decir es que la cita fue programada a las 10:00 de la mañana y faltan 15 minutos para las 11:00. No nos gusta presionar, pero tenemos programada una reunión con nuestro equipo en media hora para los preparativos de una fiesta de cumpleaños masiva.

—Eso lo entiendo señorita Utsushimi y me disculpo en verdad—la mujer de edad avanzada sobó el puente de su nariz con frustración ante la vergüenza que estaba pasando—. A veces me pregunto en qué está pensando esta chica.

El hombre bufó ante las palabras de la anciana. Si así de puntual era en una reunión para contratar a su Servicio de Banquetes, no se quería imaginar a qué horas llegaría a su puta boda. Pensaba seriamente en mandar muy lejos a la madre de esa irresponsable novia y cancelar todo cuando una chica castaña, con una cara demasiado redonda para su gusto, abrió la puerta del despacho con ímpetu. Cabe mencionar que no venía sola, a su lado se encontraba un joven alto de lentes que daba la pinta de un robot y una mujer también ya madura de cabellos verdosos.

Los tres lucían exhaustos por correr para llegar a tiempo, pero estrepitosamente habían fallado, así que sin tacto alguno, el dueño del Rose Velvet fue implacable con la futura novia.

—Ya era hora. ¿Quién te crees que eres para hacerme esperar tanto tiempo?

La castaña tomó asiento frente al rubio maleducado y frunció la boca con sus comentarios.

—Pues lo lamento, pero no es nuestra culpa que su oficina central esté en el último piso de este edificio.

—¡Ochaco!—gritó alarmada la madre de la joven—. Eso fue muy grosero. Discúlpate ahora mismo con el joven Bakugou, él nos está haciendo el favor de planear tu boda, lo menos que merece es puntualidad.

La chica regañada en cuestión cruzó los brazos mientras musitaba un escueto "lo siento". A Bakugou le pareció tan molesto, pero no se inmutó, estaba acostumbrado a tratar con niñas ricas que se creían la gran mierda. Para él, la muchacha no era más que otra de sus clientas malcriadas que buscaban tener siempre la razón. Ese tipo de chicas gustaban de vestidos de colores, extravagancias por doquier en sus bodas y cristalería de lo más cara, todo con el afán de presumir, eso sin mencionar a los padres de dicha novia consentida, quienes se sentían orgullosos de su bicho raro, como si realmente lo valiera.

Espléndido Servicio de BanquetesWhere stories live. Discover now