Capítulo 18.-Mi príncipe de las bodas.

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Capítulo 18.-Mi príncipe de las bodas


Cuando lo conoció le dio pavor.

No pudo evitarlo, el hombre vociferó y maldijo sin parar peor que una bestia salvaje, era natural que quedara espantado de por vida. Y así debió ser, pero la curiosidad era más grande que el miedo. A pesar de causarle escalofríos y un ferviente deseo de empezar a suplicar por su vida, sabía muy bien que no debía juzgarse un libro por su portada, por lo que cuando tuvo el aspecto deseado por el gruñón planeador de bodas, trató de ser amable y encantador. Su madre le había dicho que él tenía la capacidad de encandilar hasta al ser más duro de corazón y aunque consideraba que estaba exagerando, lo cierto era que bastó un intercambio de palabras burlonas para darse cuenta de que en efecto, todos tienen un lado amable en el mundo.

Bakugou Katsuki no era la excepción.

Cuando Uraraka le dejó plantado, el hombre fue sumamente comprensivo a su manera y aquello le agradó demasiado, provocando un extraño cosquilleo en su vientre en cada una de las ocasiones en que Bakugou sonreía de manera ladina para burlarse de su terrible suerte. Pensándolo bien, era bastante increíble a sus ojos que un tipo como ese, exitoso, apuesto y seguro de sí mismo no estuviese ocupado, pero yendo un poco más allá, Bakugou era una persona que no le daba su confianza a cualquiera.

Y se sentía honrado de ser parte de ese selecto grupo.

Después de eso no lo volvió a ver y creyó que su vida seguiría un nuevo curso. Con Momo salía a los club y bares para entretenerse, bailar y tratar de conocer a una chica linda. Bakugou lo había dicho, esa "tarada", en palabras suyas, existía, sólo no debía rendirse. Sin embargo, cada vez que conocía a alguien, ésta resultaba no ser de su completo agrado. Vergonzosamente debía confesar que a excepción de Momo y Uraraka, no tenía muchas amigas mujeres y mucho menos experiencia romántica con ellas.

Por lo que cansado de sus fallos y como parte de una broma, siguió el consejo de Momo de intentar ligar con hombres. El resultado: un fiasco total, pero un descubrimiento. Le gustaba más pasar su tiempo con chicos, la forma en que hablaban, la manera de sonreír y cómo su cuerpo reaccionaba cuando veía a un hombre verdaderamente atractivo, se lo dijo todo.

Era homosexual.

Aclarado en ese punto, dejó de intentar salir con hombres, pues por alguna razón que no entendía del todo al principio, su perfil de búsqueda siempre se asemejaba a chicos como Bakugou Katsuki: rubios, facciones definidas, prepotencia a más no poder y con un porte elegante que era capaz de poner de rodillas a cualquier mujer.

¿Y por qué no? A él también, en todos sus significados.

Decidido a no quedarse de brazos cruzados, trató de volver a ver al planeador y la primera persona que le dio información fue, precisamente su madre. Inko adoraba Rose Velvet y él estaba de acuerdo, las decoraciones de su boda fueron gloriosas. Sintiéndose emocionada y llena de cálidos recuerdos, su madre le actualizó sobre toda la biografía del flamante príncipe de las bodas. La fallecida reina Mitsuki, el importante Masaru, su mejor amiga y socia Camie Utsushimi y la gran popularidad que había conseguido después de heredar el Servicio de Banquetes más reconocido del país.

Una vez al tanto de todo sobre el hombre que le gustaba, pensó en un modo de volvérselo a topar sin parecer un acosador. No podía llegar de repente a su oficina y saludarle como si fuesen amigos, sólo habían hablado un poco. Afortunadamente para él, Hagakure-chan le invitó a su boda y cuando se dio cuenta que Rose Velvet era la agencia organizadora, el corazón casi se le salió del pecho.

Espléndido Servicio de BanquetesWhere stories live. Discover now