18 . Bajo de tu piel

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— ¿¡Qué te pasa Stark!?— un colérico Clint era detenido por Natasha y Bruce, este último tenía la mejilla enrojecida por el impacto contra la pared.

— Stark— Strange llamo tratando de llegar hasta el subconsciente del alfa para traer al genio de vuelta— concéntrate en mi voz, nadie dañará a tu Omega, alfa.

Los recién llegados se sorprendieron cuando vieron que el castaño tenía contra la pared al doctor, Clint fue el primero en reaccionar separandolos para auxiliar a su pareja. No entendió lo que pasaba hasta que Strange exclamó que, de alguna manera, Steve había entrado en celo a pesar de tener dos meses de embarazo.

— Alfa— volvió a llamar el mago— debemos atender al Omega para saber por qué a entrado en celo. Nadie lo dañará— todos los presentes asintieron e inclinaron la cabeza en señal de sumisión.

Pareció funcionar, por un instante Tony dejo de gruñir y sus ojos volvían a la normalidad. Con profundas respiraciones logro calmarse, aún así no permitió que nadie se acerque al rubio encerrandose en la habitación de su Omega.

Afuera, luego de la conmoción, los doctores pidieron los vídeos de seguridad, JARVIS solo les proporciono aquel donde se veía a Steve administrarse los estimuladores.

— Alfa...

El susurro llegó a sus oídos provocando un estímulo placentero en su cuerpo. La voz jadeante del rubio lo llamaba, tentandolo, su cuerpo yacía desnudo sobre la cama, sus piernas separadas daban una magnífica vista de su intimidad. El lubricante natural escurría de su entrada humedeciendo la seda del cubrecama.

Se acercó con sigilo, tanteando el terreno, sabía que la consciencia de Steve estaba de vacaciones en quien sabe dónde, que el Omega había tomado completo control. La lujuria reflejada en sus ojos ligeramente oscurecidos y con destellos rojos confirmaron sus sospechas. Debía ser cuidadoso, sí había algo más voraz que el apetito sexual de un alfa era el apetito sexual de un Omega. Y si un Omega se siente amenazado por su pareja sexual se ponían agresivos.

— Steve— llamó con calma, cosa que no sentía pero hacia el esfuerzo— está bien, estoy aquí contigo. Nada los dañará— el alfa en su interior se retorcía por salir y tomar control de él, al igual que su pareja. No podía permitir aquello, sería desastroso y no para ellos, sino para el ser que crecía en el vientre del rubio. Sabía que el Omega había dominado completamente al Alfa de Steve, aún así no correría el riesgo.

— Alfa...— el rubio se acercó a prisa y lanzándose contra el castaño logro llevarlo hasta la cama y pocisionarse sobré él. Sin pausa, desgarro la camisa que vestía el Alfa, relamió sus labios ante la vista del pecho desnudo, Tony se sintió expuesto, mas le agradó la exitacion que empezó a experimentar al ser sometido por su Omega.

Permitió que continuara, dejaría que el rubio se satisfaga al menos una vez antes de volver a hacerlo.

Las manos de Steve viajaron por su pecho y vientre hasta el pantalón que fue brutalmente arrancado, causando un jadeo en el alfa bajo suyo. La ropa interior no corrió mejor suerte, la semi-erección del castaño fue engullida comenzando una rápida felación.

Los gruñidos jadeantes de Tony solo conseguían aumentar el líbido del Omega que sin pena alguna seguía jugando con el miembro en su boca, su alfa disfrutaba de su atención.

Un gruñido de insatisfacción resonó en la habitación cuando Steve dejó el pene de Tony a pocos segundos de liberar su esencia en su boca. Con una sonrisa ladina, se alejó del cuerpo ajeno. Con el descaro que no caracteriza al rubio se paseo por toda la habitación ante la atenta mirada del, ahora, molesto alfa. Los movimientos sugerentes que realizó no fueron nada comparado a cuando pareció encontrar lo que buscaba.

¿Omega o Alfa?Where stories live. Discover now