Música vacía [Gay]

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[8] Música vacía

Diario de Johann von Schäfer

Es patético que lo único interesante que tenga para escribir esta semana sea la salida estúpida que tuvimos con el profesor Somper y la profesora albina Susane. Estoy seguro que habían más profesores en ese lugar, pero son los únicos dos a los que yo reconocí a primera vista. Tampoco me interesa demasiado quiénes estaban ahí si ni siquiera intercambiamos palabra.

Hubiera sido imposible de todas maneras, intercambiar palabras. Yo sé su idioma, pero no lo hablo. Ese no es el punto aquí de todas maneras. Agh, debo dejar de escribir "de todas maneras". Vamos al punto.

De alguna forma, conseguí entender que es día era el que saldríamos con el resto de las divisiones. Cargar mi mochila entre tanta gente caminando fue un calvario. Todos daban pasos tan pequeños o tan desordenados que en ningún momento llegué a avanzar al ritmo que yo quería. No tenía muchas ganas de caminar, pero la gente me empujaba, y de todas maneras los que iban delante de mí iban más lento de lo que yo hubiera caminado. Eran dos extremos muy molestos.

No fue hasta que salimos de los pasillos del colegio que todo comenzó a estar menos apretado. La cantidad de gente no era molesta, lo molesto era lo pegados que estábamos. Me gusta mi espacio personal, muchas gracias. Pero para cruzar la calle, todos eran unos animales que no sabían leer un semáforo. En el caso excepcional de que yo tuviera que cruzar una calle (paso todo el día encerrado, y el chofer me deja directamente en las puertas de la escuela y de casa), lo primero que haría sería mirad al frente y ver si la puta luz está en verde o en rojo. Eso es lección de preescolar, joder.

Yo ni siquiera sabía que había un parque cerca de aquí. Hacía siglos que no pisaba un parque. La nostalgia es una sensación rarísima, es como si de repente una mano invisible tocara todo tu cuerpo y te hiciera dar electricidad o una especie rara de calor. No sabía si el aire fresco de ese lugar era por la humedad o por la época del año confundida, pero me desacomodó el flequillo y tuve que apartarlo de mi cara poco después. Vi a... como se llamaba... Dean, sí, lo vi al otro lado de la muchedumbre, pero lo único que él hizo fue mover la mano. Le devolví el saludo confundido, pues ni siquiera sabía que estábamos en el mismo curso. Por la manera de vestirse o de comportarse yo le hubiera dado un par de años más. Bah, su letra me hubiera hecho pensar que es una maestra de primario pero eso no viene al caso.

Ni siquiera me enteré cuáles eran las actividades. Supuse que sería algo como buscar flores o sacar fotos a animales pues son ese tipo de boberías que hacen las personas en los parques, incluso encadenarnos a un árbol para proteger una deforestación, yo qué sé. Parecía que habían armado unos grupos al azar, para que no estemos con los mismos que en el salón, supuse yo, igualmente no iba a conocer a ninguno de los que estuviera allí.

Y así pasó, pues no conozco a nadie de las otras divisiones. Fin de la historia.

O al menos eso quise creer yo que sucedería. Hubiera sido igual de monótono y aburrido que en un salón de clases, o eso hubiera pensado yo si hubiera permanecido en el grupo. Una desventaja de ser sordo es que al no estar oyendo nada de lo que sucede a tu alrededor, no te das cuenta de los cambios, y siempre es a lo último que sabes qué demonios pasa. Me distraje un segundo con una mariposa azul (para ser sincero, era la primera vez que veía una de esas) que ni siquiera sabía que existía en este país. Luego note que era un efecto de trasluz con una mariposa naranja, pero caminando hacia ellas noté que si había una azul entre ellas. Era demasiado grande en comparación con las otras.

Como el idiota que soy, no noté hasta un rato después que no había nadie más alrededor mío. Algo que noté de los parques ingleses es que son grandes, pero grandes en el sentido de... Grandes. Demasiado grandes. En el lugar donde pondrían un escenario, ponen un parque. Veía gente a lo lejos, pero no podía distinguir quienes eran. Realmente, tampoco tenía muchas ganas de volver hacia allí. Nadie había avisado de mi ausencia pues nadie había ido buscarme.