❣Capítulo 3

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Salió de su caro auto negro que hacía combinación a su caro atuendo.

Miro a todos con desdén, pasando por encima de sus cabezas sin importar a quien pisaba.

Pasó por aquella recepción en dónde las secretarias le saludaron de manera cordial, como si de un emperador se tratase. No les hizo el más mínimo caso y siguió su camino. No debía tener tiempo para estar familiarizado con gente lame botas.

Paso al elevador y subió hasta la última planta de aquel edificio, el cuál había crecido económicamente, gracias a él... ya nadie más.

Después de su boda y de la escandalosa respuesta negativa, ChanYeol fue reprendido por su decisión y como dejo en "ridículo" a su padre por haber rechazado el matrimonio.

Creyó que todo estaba perdido, para él y para toda su familia. Pero por alguna maldita razón, no le importó en lo absoluto. No le importaba el enojo de su padre, no le importaba perder unas cuantas acciones de la empresa, pero debía actuar como un chico mayor y tomar la responsabilidad de sus actos.

"- Si voy a hacer crecer la empresa, quiero por lo menos hacerlo por mí mismo, no por ningún puto convenio"

Fue lo que le dijo a su padre con una cara seria y decidida.

Su padre vio la responsabilidad en los ojos de su hijo. No estaba jugando, tampoco estaba haciendo un berrinche... lo estaba haciendo porque quería. Eso fue la mayor sorpresa que se pudo haber llevado, ya que su hijo vivía en juegos constantes y con una actitud digna de un chiquillo de trece años.

Pero eso no fue lo que vio al momento de dejarlo hacer lo que quisiese, elevar las ganancias de la empresa sin necesidad de juntar acciones con ninguna otra.

Y así como su hijo lo dijo, lo prometió. Llevando a L. O. L. a la gloria en menos de cuatro años, y estaba bastante feliz con el resultado.

Llegó al piso en donde estaba en su oficina, como hubiera dicho él; — "Cambiaré el lujar de oficina hasta el último piso, ya que literalmente esa empresa ahora es mía — volteo a mirar a su padre con una sonrisa socarrona —, la enviaré a la cima del éxito, justo el lugar al que no pudiste enviarla por ti sólo"

Saludo a los pocos trabajadores de ese casi vacío piso. Su secretaría y asistente personal JeongYeon esperándolo en su lado derecho y JongDae en su lado izquierdo.

Caminando hasta la oficina de ChanYeol como el típico grupo de chicos populares que se ven en las películas.

Con autoridad, apuestos y elegantes.

Pero obviamente no todo era fácil para el negocio que Park había hecho renacer.

Ya que de lo que se trataba su, ahora gran empresa, era de los casinos más capacitados de Corea.

Había decidido expandir sus negocios más allá de Europa, llegando también a América.

Y gracias a estás expansiones, ChanYeol ganaba millones en semanas sin mover ningún dedo. Con el simple hecho de fijarse que todo estuviera marchando bien en sus sucursales, todo permanecería en paz.

Ya que estaba jugando con fuego.

Había hecho un pequeño convenio con algunas personas de la mafia, reuniéndose en sus sucursales de casinos. La mafia de Corea a veces hacía reuniones privadas en los casinos de ChanYeol, apostando dinero, propiedades y algunas veces... personas.

A ChanYeol le interesaba tan poco lo que hicieran, si lo hacían con discreción, porque si alguien se enteraba que la mafia era concurrente en la venta de personas, todo lo que había contraído se iría abajo... como el chico que amó hace cuatro años.

Bromance [💘CHANBAEK💘]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora