- 𝚃𝚑𝚎 𝚑𝚢𝚙𝚎. -

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Después de aquella peculiar situación, volvió a su hogar y se preparó para intentar dormir aunque sea un poco. Cuando llegó hizo lo posible para no hacer ruido, pero falló al tropezarse con sus propios pies. Pronto escucho como la única persona que vivia ahi, bajaba rápidamente las escaleras y encendía la luz.

- ¿Que demonios, Keith?- La morena cuestionó molesta, mirándolo mal.- ¿Otra vez no puedes dormir?- Relajo su mirada y volvió a preguntar, ahora más tranquila.

El chico asintió.-Perdona, Allura.- La miró apenado.

- ¿Quieres hablarlo?- La mujer se portó comprensiva.

- No es necesario. - El pelinegro intentó esbozar una sonrisa y pasó de largo a su habitación, agradeciendo a Allura en el camino.

«...»

Inmediatamente abrió los ojos, inhalo con fuerza y tosió un poco. Sus mañanas casi siempre empezaban así, él despertando abruptamente y olvidando lo que lo había hecho despertar así. Empezó su rutina con tranquilidad, se miro al espejo y noto como grandes manchas negras se habían instalado bajo sus ojos. Agradeció internamente que ese dia solo tuviera una clase, luego de eso iria al medico (por petición de Allura, claro.)

Salió de su hogar y camino hasta llegar a la parada del autobús. Le disgustaba de sobremanera usar el tren, le traía muy malos recuerdos. Ya arriba del autobús, se sentó junto a la ventana, mientras tanto miraba atentamente el paisaje citadino. Su corazón dio un vuelco al visualizar una cabellera castaña, se levanto rápidamente y le pidió al chofer que se detuviera con urgencia, bajo de un salto los escalones del autobús y salió corriendo en búsqueda de aquello. Su corazón latía con una fuerza abrumadora, cortándole la respiración y dejándole escalofríos por todo el cuerpo. Pasó un buen rato entre el bullicio, sin embargo no encontró nada y la sensación de soledad lo atacó sin piedad e internamente negó cualquier cosa que le recordara a esa persona.

Vio la hora en su celular, su clase ya había empezado hace varios minutos, ya no tenía caso que fuera. Tal vez visitará de nuevo aquella cafetería.

«...»

- ¿Esto no puede esperar hasta que esté en casa?- La voz cansada de aquel asiático se escuchó mientras el azabache abria la puerta y la campana sonaba.- Voy a colgar, estoy seguro de que esto puede esperar, Adam.-Quito el teléfono de su oído, suspirar y luego alzó su mirada, encontrándose con el joven. Le dio una sonrisa amable y lo saludó calurosamente, el chico respondió al saludo y entro directamente al lugar.

«ø»

Stexlty♪



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