-𝙼𝚒𝚐𝚛𝚊𝚒𝚗𝚎.-

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Respiro profundamente, el característico olor de la lluvia se coló por sus fosas nasales para estancarse en sus pulmones, inundándolos y dejándolos sin aire por unos cortos segundos

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Respiro profundamente, el característico olor de la lluvia se coló por sus fosas nasales para estancarse en sus pulmones, inundándolos y dejándolos sin aire por unos cortos segundos. Estaba en una calle solitaria, el pavimento brillaba de manera hipnotizante. En un parpadeo un montón de sombrillas cubrieron su vista, entorpeciendo su caminar con los empujones que recibía. Un rayo iluminó el cielo y con ello pudo apreciar una sombrilla azul cielo entre el tumulto de sombrillas negras que se aglomeraban. Esquivo y empujo a todo aquel que se cruzara en su camino, hasta que logró alcanzar a la persona que portaba esa sombrilla tan peculiar. Se quedó sin aliento en cuanto lo vio, el montón de sombrillas desaparecieron. Solo quedaron el y la otra persona. Sintió como el aire volvía a faltarle solo que esta vez sus pulmones colapsaron.

Abrió los ojos agitado y asustado. Estaba en su cama, el sudor y la sensación de frío eran totalmente desagradables. Vio por su ventana, el cielo azul brillante y las nubes que lo acompañaban hicieron que olvidara casi de inmediato su sueño. Se levantó de su cama y caminó a su escritorio, topándose con un montón de hojas, todas con cosas escritas y rayadas. Se sentó en el escritorio y leyó una por una. Escogió las que más le gustaban, luego las escribiría en limpio.

Dado a que hoy no se sentía tan mal, iría a sus clases y asesorías. Aún seguía pensando si era buena idea hacerle caso a Allura e ir con un especialista. La verdad no se sentía listo. El hecho de pagar para que un desconocido lo escuche no le sonaba para nada atractivo, cuando otros desconocidos (como el hombre de la cafetería) podrían hacerlo gratis.

Su camino en autobús fue menos caótico que el día anterior, esta vez su mente no se embriago de recuerdos y tampoco confundió rostros, pero una migraña intensa nubló sus sentidos, su productividad huyo del dolor y terminó por ir de nuevo a la cafetería.

...

Releyó cada carta, algunas eran demasiado cursis, otras mediocres y las demás eran letras de canciones. Ninguna le convencía, sus palabras ni las ajenas podían describir lo que quería. Amontono unas cuantas y las doblo todas juntas en un pequeño cuadrado, las demás las dejo en la mesa. Se hecho la mochila al hombro y caminó a la salida. A pesar de ya haberse tomado varios analgésicos, su dolor de cabeza seguía acosándolo. Era un dolor punzante y estaba acompañado de una sensación de malestar en todo su cuerpo. El dolor lo hizo detenerse un par de pasos después de haber abandonado el recinto, se dejó caer en el suelo y pego sus rodillas al pecho. Inhalo fuertemente e intentó distraerse, sus pensamientos iban a todas direcciones, desde el hecho de que odiaba los domingos hasta como volvería a casa en ese estado.

Recordó la ultima vez que se sintió así, pero a diferencia de esta vez, no tenía unos ojos preocupados encima de él, ni una mano sobre su espalda y cabello que hacían movimientos lentos para calmar su malestar. Extrañaba la calidez de esas manos sobre él, extrañaba la sensación de protección que desprendían y algo que añoraba volver a ver eran la mirada llena de amor y comprensión. El solo acordarse hacía que su migraña empeorara y se volviera insoportable.

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Stexlty°

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