Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Keith Kogane a sus 17 años había pasado por varias peripecias a lo largo de su vida, tenía problemas de adicción a ciertas sustancias no tan legales, creció junto a una madre que se negó a mantenerlo y por ello termino en las calles sobreviviendo como pudo, aprendió a que solo se tenía a él y que confiar en otras personas solo tenía problemas, no obstante en una sola ocasión lo había hecho, cuando fue acogido por aquella mujer comprensiva, después se juró no volver a hacerlo y entonces lo conoció.
Lance Mclain era un chico de clase media, con una familia que lo cuidaba y apreciaba. Todo lo contrario a él según lo que recordaba. No sabía como se habían hecho tan amigos, el sentía que simplemente el castaño siempre había estado en su vida, no recordaba lo que era su vida sin el y no sabía como afrontar ese hecho. Recordaba cosas aleatorias del chico, su banda favorita, que odiaba la salsa picante, lo mucho adoraba el mar y las estrellas. Sin embargo no podía recordar lo importante, cosas sobre el resto de gente a su alrededor, no recordaba si en algún punto de su relación hubo intimidad.
Envidiaba a las otras personas que parecían ser más cercanas a él, envidiaba verlo salir con otras personas y ver que era feliz. No sabía si el castaño era igual de feliz cuando estaban juntos, porque el si lo era. Le había entregado una parte importante de él, si bien no estaba completa, él se la había cedido. Él le había dado su rota confianza y al parecer la cuidó bien, pero el no había tenido el mismo cuidado con la del castaño.
...
Shiro siempre había estado acompañado de Adam, lo amaba con todo su ser a pesar de llevar casi 15 años juntos. Después de ver los papeles del divorcio y escuchar como se lo pedía, simplemente salió de la habitación, volvió al automóvil y arrancó sin tener un destino claro. Cuando estuvo delante de un semáforo rojo, detuvo el auto y el minuto que estuvo asi pareció ser suficiente para poder asimilar lo que sucedió antes. Soltó un suspiro y su mente comenzó a vagar por todos los días anteriores, buscaba pistas que le explicaran la repentina decisión. Sin embargo eso dejo de importar cuando solo se preguntó si Adam ya no lo amaba.
Al día siguiente cuando Shiro volvió a casa, encontró en la mesa del comedor varios documentos junto a una nota de Adam que le pedía firmar los papeles. Shiro en respuesta solo anotó al reverso;
"¿Ya no existe un nosotros?"
...
Con el pasar del tiempo, apenas y podía recordar esa felicidad abrumadora que lo ilusionaba tanto, que lo hacía ver las cosas más brillantes. Por más que repitiera las canciones que escuchaban ambos o revisara sus viejas redes sociales ya no sentía lo mismo y eso lo hacía sentirse aun mas lejos de él.
Hubo una ocasión en la que se sentía asi, cuando Lance todavía seguía en su vida. Un día pelearon, la razón no parecía ser importante en sus recuerdos, lo que sí, el sentimiento de soledad que formó una herida notable en él y que temía que se abriera nuevamente. Esa situación si había podido arreglarse con una lista de reproducción en Spotify. Recordaba estar parado fuera de su casa, bajo un cielo nublado y esperando a que sus brillantes ojos azules lo vieran incrédulo a través del cristal. Pronto el castaño se encontraba abrazándolo por el cuello mientras le repetía lo grosero que era, el se disculpó y lo abrazó con más fuerza y como si el cielo estuviera conmovido, comenzó a llover.
- No lo digo para que te disculpes, ya entristeciste al cielo, Keith.
...
Espero que este fanfic pronto pueda tomar la forma de una novela original.
