5.

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Volvió a tirar y cedieron lentamente, pero cuando pasaron ella resbalo sobre él haciéndolo volver a caer con ella tumbada boca abajo con sus nalgas al aire en las caderas de Hideo, sin aliento por el agotamiento y la felicidad de verse ya liberada se quedó quieta sobre él soltando unos suspiros agotados.

- Gracias.

Ella no se percató hasta que noto el endurecido paquete de él en su vagina expuesta. Trato de levantarse, pero sólo consiguió caer de nuevo sobre él.

- Tienes que bañarte y comer algo, ya está bien por hoy ¿No?

Nerviosa su cuerpo se tensó.

-Dejadme ir por favor.

Los hermanos rugieron sus negativas mientras Hideo apretaba una de sus nalgas.

- No vuelvas a ese tema.

Se enfureció e intentó levantarse de nuevo, pero su cuerpo parecía un flan y sus manos al tocar el suelo repleto de mantequilla de nuevo se resbalo, calló entera lentamente sobre la marcada polla de Hideo haciéndolo rugir, su cabezonería le hizo volver a subir su culo a la altura de la boca de Hideo que disfrutaba el espectáculo como un animal ante su comida, volvió a caer agarrándose a nada y él volvió a soltar un rugido, su instinto le hizo recorrer la raja de sus nalgas hasta su cuello con una mano mientras con otra iba besando su piel, incorporándose, apretándola más y haciéndola suspirar de placer tirada en el suelo de cualquier manera.

-No tengo fuerzas.

Su pelo se esparcía por todo el suelo, por su piel pegado y cuatro cambiantes excitados veían la escena. Hideo siguió tocando de arriba abajo y empezó a restregar su miembro por ella.

-Para por favor.

Él se quedó quieto agarrándola, no quería soltarla.

-Estoy exhausta.

Él salió de debajo de ella y la cogió como podía mientras se resbalaba en sus brazos.

-Voy a bañarte.

Enma negó tratando de soltarse.

-¡No!, ¿Porque me hacéis esto?

Ella suspiraba las palabras con la boca seca.

-Tú sola te has hecho eso.

Furiosa consiguió que la pusiera Hideo en el suelo del baño y se volvió hacia Hikaru al escuchar sus palabras.

- Hikaru, digo estar aquí encerrada, no os he hecho nada.

Hideo tuvo que volver a cargarla en sus brazos evitando que cayera.

-¿Crees en el destino?

Eiji la miró desde la bañera mientras se la llenaba, estaba en cuclillas sobre sus dedos de los pies sin inmutarse ni moverse, Hideo se sentó con ella en el váter, ella no contestó, pero Hideo le cogió por la barbilla, haciéndole alzar su rostro.

- Tú eres nuestra.

Enma los miro, primero a Hideo, bajo la mirada a su desnudo pecho completamente musculado con tatuajes, observo a Hiro con un dragón tatuado por todo el pecho, por sus bíceps, alzando la mirada lo vio sonriente y aparto la mirada hacia él hermano menor en edad, no en tamaño. Dai era impresionante, con el mismo color de ojos que sus hermanos, pero mucho más grandes y llamativos al igual que su corpulencia. Enma bajó la mirada por su cuerpo sin dejar de escuchar el grifo llenar la bañera, por todo él era enorme, tenía unos pectorales trabajados enormes con un tatuaje muy llamativo que no llegaba a sus bíceps, era igual el tatuaje al de Hikaru, viéndolo junto a él observo el tatuaje de escamas idéntico al de Dai, pero por sus brazos completamente musculosos, Eiji carraspeo llamando su atención.

- ¿D…de los cinco?

Boquiabierta los escucho rugir sus afirmaciones.

- Si.

Todos contestaron a la vez, los miró de nuevo y estaba rodeada, desnuda y untada en mantequilla, pero le dio igual.

-¿Si me acuesto con vosotros, me dejareis ir?

Dai dio unos pasos hasta ponerse ante ella con la mirada completamente seria.

- No te vendas como una puta Enma.

Encogiéndose de hombros bajo su mirada viendo de medio lado el pecho de Hideo.

Sumisa de cinco dragonesWhere stories live. Discover now