7.

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- Mírame.

Lo miró a los ojos viéndolo sonreír, subieron las escaleras, tomando escalones de tres en tres con las prisas y llegaron hasta el dormitorio.

-Todo va a ir bien.

Él se subió a una cama de un saltó sin apenas moverla y se agachó con ella, estaba en calzoncillos al igual que todos.

- Muy bien, tranquila, mírame a mí, eso es.

Eiji no se caracterizaba por ser paciente, pero Enma le estaba ayudando a calmar a su dragón. Tras darle el puñetazo no había deseado castigarla, estaba besando su vagina e incluso lamiéndola, viendo que los miraba hacia sus calzoncillos marcados por sus miembros trato de llamar su atención hacia su rostro. La besó cogiéndola por las mejillas mientras sus cuatro hermanos subían a la cama junto a ellos.

-Estás excitada, te seguiré besando hasta que todos estemos haciéndote venir, ¿Vale?

La besaba hablándole, mientras trataba de calmarla y calmarse a sí mismo.

- Solo hacerlo rápido.

Eiji la miró negando mientras separaba sus labios de los suyos.

- No pienses Enma, disfruta el momento. Siéntenos, tú no tienes que hacer nada, déjate llevar, siente nuestras caricias, nuestros labios, déjanos hacer a nosotros, tomaremos tú cuerpo y tú alma. Nosotros nos encargaremos de todo.

Suspirando, llena de nervios escuchaba a los hermanos. Hideo se subió al lado contrario de su hermano y le susurro palabras de amor, mientras la besaba. Hikaru estaba debajo de Eiji comiéndole un pecho mientras acariciaba sus caderas lentamente, Hiro en el otro pecho la mordía, besaba y comía haciéndola temblar y Dai levanto sus nalgas accediendo mejor a su vagina, muchas veces se tensaba, su cuerpo se ponía rígido, pero lentamente iba cambiando a un estado de excitación profundo que los hacía gemir de placer.

- Que hermosa, me tiemblan las manos y se me eriza la piel. Al fin te tenemos con nosotros, para siempre.

Un frío líquido paso por su piel haciéndola suspirar, mientras Dai le decía esas cosas.

- Vamos a preparar tu culo, así podremos estar en todo tu cuerpo.

Hideo cogió su garganta acariciándola, la fuerte presión le hizo soltar un grito en la boca de Eiji. Dai acababa de incrustar uno de sus dedos en su ano, nerviosa, gimoteo mientras Eiji le soltaba susurros tratando de calmarla, varias veces Dai profundizo su dedo en el ano de Enma. Lentamente hasta que el líquido frio con el que había podido introducirlo se calentó, saco el dedo, pero presiono el mismo junto a otro, lentamente los incrusto hasta que su ano dejo de hacer resistencia y finalmente tras sacarlos una bala fría comenzó a incrustarse lentamente en su ano mientras ella se retorcía entre gimoteos.

- Eres demasiado estrecha.

Un sudor tibio recorrió la frente de Enma como nunca había sentido, tuvo que apretar los ojos perdiendo la imagen de los cinco musculosos hermanos ante las sensaciones que estaban comenzando a sentir.

-Relájate, enseguida pasará la presión y tú cuerpo se acostumbrará.

Lamida a lamida, mordisco a mordico, beso a beso Dai le hacía temblar mientras hacía rugidos con su garganta atacando su vagina junto a sus hermanos que atacaban su cuerpo al igual que él, que deslizaba lentamente su lengua en su interior, follándosela literalmente, jugueteando con movimientos vibratorios en su carne, un fuerte sentimiento lleno su estómago haciéndola chillar al sentir una inmensa humedad que broto de su vagina. Dai la abrió lamiendo uno de sus muslos con su enorme lengua, se deslizo hacia adentro limpiándole la humedad de su vagina mientras ella tenía espasmos al sentirlo completamente incrustado en ella, lentamente mientras la sentía temblar y escuchaba gimotear comenzó a sacar el dilatador y entró otro enorme lentamente.

- Ya está, ese es el último, luego iremos nosotros, nada más volverá a entrar en ti salvo nosotros.

Dai lamió, mordió, abrió y echo aire cálido por su vagina mientras Hideo se ponía debajo de ella lentamente, sin apenas hacérselo notar.

- Ahora voy yo, tranquila.

Eiji salió de su lado mientras sus hermanos rodeaban la cama, tiro lentamente de él dilatador y se colocó Hideo en la entrada empujando lentamente.

- Tócala, que se relajé, me va a reventar joder.

Una música empezó a sonar tranquilamente ayudándolos a calmarse, mientras Eiji tocaba su perla con las yemas de los dedos, haciéndola gemir. Chupó con ansia de su cereza y la dibujó con su lengua y Hideo terminaba de clavarse en ella hasta las bolas, se apoyó en el nacimiento de su columna dejando rastros de sudor mientras arrojaba gruñidos en su espalda y respiraba entre cortado.

- Maravilloso.

Eiji se colocó en su vagina, recorriendo con su polla varias veces su sexo, empapándose de sus jugos.

-Hoy vas a conocer un amor que será único, ningún hombre te hará nunca sentir como nosotros, si alguno te toca lo mataremos y a ti te castigaremos, eres nuestra.

Poco a poco entró en su interior hasta sentir una inmensa barrera, observó a su hermano sobre el hombro de Enma y asintió llevando una de sus manos a su frente, limpiándose el sudor.

- Sujétala.

Eiji empujó lentamente en ella, hasta que un dolor la inundo, soltó lágrimas que le hacían arder la garganta, soltó un grito ahogado al sentir que algo se rompí en su interior.

- Mírame, Enma, mírame.

Enma miró unos ojos rojos ardiendo en fuego puro, se removía tratando de sacarlos, pero ellos le siseaban despacio, regalándole palabras amorosas.

-No te muevas, respira, tranquila, estamos todos aquí para apoyarte.

Sollozando sintió su pecho moverse rápidamente por el latido de su corazón.

- Me duele tanto, quema.

Ella agarro sus hombros y miro como a sus ojos les estaba cruzando una línea larga negra, que se iba ensanchando en el centro, aquello estaba dejándola boquiabierta, él la beso en las mejillas varias veces sintiendo sus saladas lagrimas llenar sus labios, susurro mientras una suya salía de sus ojos al sentir el dolor de su compañera.

Ya está pasando, ¿Verdad?

Ella sólo asintió y él se empujó un poco más haciéndola tragar con fuerza todo el aire que podían tragar sus pulmones.

-Ya casi está dentro de ti.

Él se apoyó en su cuello.

- Me estoy armando de paciencia y yo no sabía qué tenía de eso.

La besaron en las mejillas hasta bajar a su cuello y empezaron a pulsar en ella lentamente.

- Joder, que pasada.

Suspirando Eiji le asintió a Hideo.

-Malditamente estrecha.

Hikaru, Hiro Y Dai los observaban rodeando la cama, ella los miró y la sensación de sentirse observada la hizo venirse apretando a Hideo y Eiji haciéndolos pulsar mientras la mordían ansiosos para acabar con ella. Hikaru la saco de entre los brazos de Eiji y Hideo y la tumbo sobre él en un sofá.

- Me toca hermosa.

Él entró mejor junto a Hiro también, no tardaron en terminar mordiéndola por otras zonas en su piel mientras se vaciaban en su interior para que Dai la cogiera, la echara en la cama y le hiciera el amor de una forma tan dulce, acariciándose entre ambos, besándose de una manera tan erótica, dejándolos exhaustos y a ella completamente mordida y marcada una y otra vez hasta que todos se quedaron completamente dormidos por el agotamiento.
Pero ella media hora después miró el vestido tirado en el pasillo llamándole, poco a poco se arrastró fuera de la cama rodeada de cinco dragones completamente saciados, Enma salió del cuarto con pisadas tan suaves como una pluma cayendo sobre el agua y se agacho silenciosamente mirando a los hombres en la cama, sentía dolor en el pecho, no se quería ir, estaba sensible. Pero borro ese pensamiento y salió por el largo pasillo, descendió las inmensas escaleras y otros dos pasillos más tarde llego a la cocina, tiro del vestido que casi no cubría ni estiraba bien apretando sus grandes nalgas, el ventanal estaba un poco abierto y corrió a él, rodeo una charca muerta de frío y un inmenso bosque en penumbra rodeado a bastante distancia de algunas mansiones, aquello era enorme, ocupaba toda la superficie que su vista alcanzaba.

- ¿Dónde cojones estoy?

Una inmensa puerta estaba a su derecha y un coche salía mientras se cerraba, corrió sujetándose la falda detrás de él, un japonés apareció en las puertas de la gran mansión tratando de llamarla en japonés.

- Anata ga iku to omou redi' ? Fujin (Señora, ¿Dónde se cree que va?, señora)

Sumisa de cinco dragonesWhere stories live. Discover now