4 - Eres muy lindo Oliver.

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Oliver

No tardó mucho en venir con una gran toalla, no podía moverme, no sé si era por el alcohol o si era por lo que acababa de ocurrir, aún así Ryan me sentó en el borde del jacuzzi y me rodeó con la toalla. Luego me cogió cómo una princesa y me llevó hacia una habitación cerrada con pestillo, su habitación.

Me colocó sobre la cama y comenzó a secarme el pelo con la toalla cuidadosamente, este es un lado que nunca había visto en él, protección. Fue al armario y sacó de ahí una camiseta larga, unos bóxers y unos calcetines largos.

- ¿Puedes cambiarte tú? - Preguntó sentándose a mi lado, intenté quitarme la camisa pero mis músculos estaban contraídos sin dejarme moverlos correctamente, seguía en shock - No te preocupes - Desabotonó mi camisa y me la quitó, pude ver cómo se tomó un momento para contemplarme.

- N..no me mires a..así pervertido - Dije sonrojado hasta las orejas, me pone nervioso - ¡Achoo! - Estornudé sonoramente.

- Es que...eres muy lindo Oliver - Dijo mientras tapaba mis ojos con la toalla, ¿estaba sonrojado? Me puso rápidamente la camisa seca y ya sentí un poco menos de frío, me destapé como pude los ojos para seguir viendo a Ryan de esta forma, tengo la sensación de que mañana volverá a ser el frío y tonto Ryan de siempre.

Lentamente quitó mis pantalones y calcetines, se quedó parado cuando tuvo que bajar mis calzoncillos.

- N..no m..mires - Repliqué avergonzado, él apartó la vista y los bajó dejándolos con el resto de mi ropa mojada. Me puso sus bóxers, los calcetines y me frotó con sus manos para que entrara en calor.

- Le pedí a Ethan que avisara a tu familia, hoy dormirás aquí - ¿Aquí? ¿En su casa? Me estoy poniendo muy nervioso.

- Va..vale - Comenzó a cambiarse y rápidamente me tapé los ojos - ¡¿Qué haces?! - Se giró a mirarme divertido.

- Mi ropa está mojada, tengo que secarme - Seguía cambiándose delante mía cómo si nada.

- Pe..pero yo estoy aquí - Él levantó sus hombros restándole importancia.

- ¿Ves que me importe? - Se puso un pijama básico y se metió en la cama dándome la espalda.

Tengo frío aún, si me abrazase a él no tendría frío pero..que vergüenza. Mira ¿sabéis qué? A la mierda la vergüenza, me acerqué a él y me aferré a su espalda, lo sentí tensarse en mis brazos temblorosos.

- Oliver ¿qué estás haciendo? - Dijo dándose la vuelta hacia mí para mirarme.

- So..solo..tengo fr..frío n..no te ima..imagine cosas ra..raras - Ryan suspiró y me abrazó, ahora me sentía cálido y reconfortado, se estaba muy a gusto.

- ¿Ahora mejor? - Asentí y cerré mis ojos para dormirme.

- Buenas noches - Dije antes de dormirme.

- Que descanses Oliver - Eso fue lo último que escuché antes de caer sobre los brazos de Morfeo.

Ryan

Nunca abría imaginado que Oliver no sabría nadar, al darme cuenta salté sin dudar a rescatarlo, le pasé aire desde mi boca y él se aferró a mí cómo si fuera lo más importante en su vida, por poco no se me para el corazón al ver su cabeza apoyada en mi hombro.


Me desperté cuando los primeros rayos de sol comenzaron a posarse sobre mi cara, abrí mis ojos y lo primero que vi fue la cara de Oliver, por primera vez me fijé en su rostro. Algunos mechones castaño oscuro se posaban sobre sus cejas bien perfiladas, sus pestañas eran algo largas haciendo que sus ojos verdosos se vieran más grandes,todo esto se complementaba con su nariz pequeña y sus labios carnosos y rojizos, bajo el agua eran muy suaves. Miré más abajo y tenía una pierna sobre mí, una pierna sin pelo aparente dándole un toque más tierno, su camisa estaba algo subida dejando ver un culito redondo y respingón, tendré que dejar de mirarlo ya porque el niño abrió sus ojos.

- Bueno días niño - Sus ojos verdes daban ese toque que completaba su apariencia tan deseable.

- Bu..buenos días - Dijo refregándose los ojos - ¡A..A...Achis! - ¿Y si se ha resfriado?

- ¿Estás bien? ¿Te has resfriado? - Él negó riéndose levemente. - ¿De qué te ríes? - Pregunté confuso.

- Es que...es tan raro verte preocupado - Siguió riéndose, provocándome una leve sonrisa - ¡Mira! Hasta sonríes - Le tapé la cara con una mano y me levanté de la cama.

- ¿Qué quieres desayunar? - Se llevó una mano a la boca pensativo.

- Quiero huevos revueltos con bacon y chocolate caliente - Que especial es el niño.

- ¿No prefieres algo más sencillo? - No sé cocinar eso.

- Jajaja lo sabía, no te preocupes, por cuidarme ayer yo haré el desayuno - ¿Sabe cocinar?

Le indiqué dónde estaba la cocina y mientras fui a meter en la secadora la ropa de Oliver. Cuando bajé un olor delicioso inundó mis fosas nasales.

- ¿Qué huele tan rico? - Pregunté siguiendo ese delicioso olor.

- Huevos revueltos con bacon, chocolate caliente y zumo de naranja - Se veía muy apetitoso.

- ¿Sabes cocinar? - Pregunté mientras me sentaba a desayunar.

- Sí, en casa suelo cocinar yo - ¿Él cocina en su casa?

- ¿Por qué? - Él comenzó a comer mientras yo hablaba.

- Bueno somos 4 hermanos, así que mi madre trabaja bastante y cómo hombre de la casa ayudo todo lo que puedo - ¿El hombre de la casa?

- ¿Sólo hay chicas en vuestra casa? ¿Y tu padre? - Lo vi tensarse cuando nombré a su padre, mejor no preguntar - ¿Tienes tres hermanas? - Se relajó un poco y habló alegremente.

- Sí, está Abby que tiene 6 añitos, Grace con 12 años y Harper con 20 años y bueno también mi madre Elisa con 40 - No sabía que sólo vivía con chicas. - ¿Y tú? - Bueno ya que él me ha dicho...

- Bueno yo vivo con mis padres y mi hermano pequeño Quentin que tiene 6 años también, mis padres no suelen estar en casa porque trabajan mucho - No suelo hablar con nadie de mi familia, pero haré una pequeña excepción con él supongo.

- ¿Te gusta? - Me preguntó con su típica sonrisa en la cara.

- Sí - Dije sin mirarle a los ojos, sonrió orgulloso ante mi respuesta.

- ¿Mi ropa está seca? - Dijo él ya cuando habíamos terminado de comer, tenía un poco de chocolate en su boca, pasé un dedo por la comisura de sus labios y luego lamí mi dedo.

- Voy a traértela - Se sonrojó ante mi gesto y fui a buscar su ropa con semblante victorioso.

Ya estaba seca así que se la bajé y lo vi mirando fotos de la estantería principal.

- ¿Qué ves? - Dije en su oreja haciendo que se sobresaltara.

- V..veía estas fotos - Dijo cogiendo una foto en la que salíamos los cuatro en una postura fría.

- Esos son mis padres, mi hermano y yo - Era una foto de hace algunos años así que se me veía algo más pequeño - Toma tu ropa - Dije poniéndola sobre su cabeza excepto los calzoncillos.

- Oye dame mis...¡dámelos! - Lo elevé de forma que Oliver no llegara, él saltaba para intentar alcanzarlo pero seguía sin llegar - Mira y aprende - Comenzó a hacerme cosquillas en las costillas haciendo que bajara los brazos el acto reflejo, los cogió y corrió hacia mi habitación.

- Buen truco enano - Dije mientras me apoyaba en la estantería y lo veía subir las escaleras, lo seguí para ir a vestirme y abrí la puerta sin preguntar, lo sorprendí de espaldas a punto de quitarse mi bóxer.

- ¡¡Ryan!! - Se tapó con su calzoncillo limpio.

- Dime - Yo fui al armario sin inmutarme y saqué ropa de ahí.

- ¡Toca antes de entrar! - Jajajaja que gracioso.

- Esta es mi habitación - Él se puso nervioso y no supo qué decir.

- Pero ¿no sabías que yo estaba aquí? - Preguntó mientras yo salía de la habitación.

- Sí lo sabía - Dije y cerré la puerta, lo escuché gruñir a través de ella, este chico me divierte.

Ya vestidos salimos fuera de la casa para llevarlo a casa.

- No me pienso montar ahí Ryan - ¿No le gustan las motos o qué?

- Venga no seas quejica y súbete - Comencé a acercarme a él y éste retrocedía lentamente, cuando iba a empezar a correr lo agarré de la cintura y lo subí a la moto a la fuerza.

- ¡Ryan! ¡Que me dan mie - Antes de terminar la frase se calló, dándose cuenta de lo que iba a decir.

- No tienes que tener miedo, yo soy el que conduce - Dije arrogante y él miró hacia otro lado avergonzado.

- Es por eso que tengo miedo tonto - Dijo casi en un susurro.

- Sólo agárrate fuerte y siente el viento en tu cara - Le puse el casco y comencé el viaje hacia su casa, él se agarraba fuertemente a mi abdomen.

- Es esta - Oliver señaló una de las casas de la urbanización, es grande y se ve acogedora. - Bueno gracias, supongo - ¿Supongo?

- ¿Y ese "supongo"? - Él miró hacia otro lado y salió corriendo hacia la puerta de su casa.

- ¡Adiós! - Gritó ya entrando en su casa, lo despedí con la mano y proseguí mi viaje a mi casa, ese era mi chalet de vacaciones.

Ryan (+18 - Gay)Where stories live. Discover now