8 - ¡¡Estás puto loca!!

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Oliver

- Ryan Thompson - Me quede quieto de repente, mierda, se me olvidó que estaba en el equipo de fútbol, ¡ja! Me deja tirado, no viene a clase y aún así quiere jugar el partido, típico de la gente inmadura.

Nada más verlo a lo lejos aparté mi mirada de él centrando toda mi atención en mi mejor amigo que se encontraba muy nervioso.

- ¿Qué te pasa? - Estaba nervioso, y no sólo por el partido.

- Mel me dijo que si ganaba me diría algo ¿y si le gusto? - Que tierno por favor, le di un abrazo amistoso.

- Ya sabes lo que tienes que hacer entonces - Eso fue lo único que necesitó para animarse, iba al 100%.

Vi que Ryan venía hacia mí para decirme algo, no quiero escucharlo, me siento como un maldito idiota por haber confiado en él, me di la vuelta y me senté en el banco.

- Oye.... - ¿Ryan no se da por vencido o qué? Giré mi cabeza y me iba a ir otra vez si no me hubiera agarrado del brazo - ¿Por qué me ignoras? - ¿Ahora se hace la víctima?

- ¿En serio lo preguntas? - Me di la vuelta enfadado y comencé a caminar molesto hacia él, Ryan por su parte retrocedía, coloqué un dedo en su pecho acusadoramente - Que tonto fui por confiar en ti - Su mirada era confusa.

- ¿De qué estás hablando? - No te hagas el inocente maldito Ryan

- ¡Ja! Fue muy gracioso por tu parte - Él seguía retrocediendo hasta que chocó contra la pared y yo quedé delante suya. - Me enfermé y todo por tu culpa, otra vez - Su mirada seguía confundida y lastimosa.

- No te entiendo - Te lo diré clarito tonto.

- Me prometiste que el lunes vendrías y me quedé todo el puto día esperándote cómo un imbécil - Lo vi entristecerse - Gracias, fui muy estúpido por confiar en ti - Me di la vuelta, sentía ganas de llorar, pero no me lo voy a permitir, no le daré el gusto.

- Lo siento...no me acordé - Que no se acordó, estupendo.

- Claro, para qué te ibas a acordar de la estúpida promesa de un imbécil ¿no? - Una lágrima recorrió mi mejilla, esta fue seguida por cada vez más - E..eres un tonto - Me di la vuelta y salí corriendo hacia el baño para calmarme. ¿Por qué tengo que llorar por un estúpido cómo él? No es justo.

Cuando se acercaba el momento del próximo baile fui allí y bailé, intenté hacerlo lo mejor que pude pero ya no se sentía igual, nada más terminar fui al baño otra vez y así siguió todo hasta terminar el partido.

Cuando concluyó el último baile, cansado me fui a felicitar a mi amigo por haber ganado.

- Felicidades Ethan, estuviste increíble - Él se rascó la nuca orgulloso.

- Gracias Oliver, voy a ver a Melo - Dijo y salió corriendo a por ella...ella.

Una mano me agarró del brazo, una mano que ya bien reconocía, la aparté bruscamente.

- No me toques - Dije fríamente sin mirarlo.

- Oye perdóname, no lo hice queriendo - ¿Por qué ahora te arrepientes?

- Pero lo hiciste, confié en ti y lo único que pasó fue que me he tirado una semana en la cama enfermo ¿sabes cuánto tiempo estuve esperándote? ¡6 putas horas Ryan, 6! - Siento que voy a llorar otra vez - Déjame tranquilo....por favor - Él me soltó y me fui lentamente en dirección a mi casa.

- ¡No! - Me abrazó por detrás de repente - No voy a irme - Comencé a llorar en silencio ¿por qué no me dejas? - Por favor, no llores - Dijo secándome las lágrimas que corrían libremente por mi cara.

- ¿Por qué no te vas? - Dijo una persona detrás suya - ¿No ves que te odia? - No lo odio, no digas eso Alice.

- Lo sé, pero lo voy a compensar - Ella rió de una forma que me dio un poco de miedo y se comenzó a acercar a nosotros.

- Ha dicho que te vayas - Ahora mismo parece una loca - Vete o lo vas a pagar - Me giré a verla, realmente daba mucho miedo.

- No me voy a ir niña, no hasta que recompense a Oliver - Él se giró a abrazarme y escondí mi cara en su pecho.

- Eres un tonto ¿lo sabes? - Asintió acariciándome el pelo, escuché a Alice acercándose más.

- Te avisé - No sé que hizo pero Ryan gruñó y se cayó al suelo.

- ¿Q..Qué? - Alice le había clavado una tijera en el muslo.

- Ahora te dejará en paz Oli, ¿vamos a bailar? - ¡¿Pero qué?!

- ¡¿Estás demente o qué coño te pasa loca?! - Ella seguía sonriendo cómo si nada.

- Ains no digas eso, tampoco fue mucho, sólo es para que te deje, pero para asegurarme - Sacó otra tijera de su bolsillo y se la clavó en el gemelo haciendo que gritara de dolor.

- ¡No! - Le pegué una patada tirándola al suelo - ¡¡Estás puto loca!! - La inmovilicé en el suelo cómo pude y llamé a una ambulancia y a la policía.

- No mi amor, es para que nadie nos moleste, ahora quítate que me haces daño - Dijo en un tono dulce y cariñoso que me dio asco.

- No me llames así enferma mental - Estoy en estado de cólera, iba a comenzar a pegarle cuando escuché a la policía.

- ¡¿Qué está pasando?! - Dijo uno de los agentes al vernos.

- ¡La loca esta a comenzado a clavarle tijeras! - Ella se retorcía para levantarse pero el policía la agarró.

- Ven aquí niña - La cogió y ésta intentó morderlo y arañarlo pero no lo consiguió y se la llevaron.

- Ryan ¿cómo estás? - Él fruncía su ceño dolorido.

- Lo siento, te...compensaré luego - ¿Aún estando así es capaz de pensar en mí?

- No te preocupes de eso ahora, yo cuidaré de ti - Dije acariciándole su frente sudada - Ya llega la ambulancia, no te vayas a dormir ¿sí? - Asintió cómo pudo y llegó el vehículo médico con la sirena prendida.

Lo pusieron con cuidado en la camilla y me monté con él en la ambulancia.

- ¿Sabes qué jugaste hoy muy bien? El gol que metiste casi al final fue increíble - Le hablé para distraerlo, aunque no quisiera no pude evitar verlo jugar, era tan...majestuoso.

- ¿Me...viste? - Preguntó entrecortado.

- Claro que sí, aunque no quería no pude evitarlo - Le sonreí cálidamente.

- Entonces ¿n..no me odias? - Que tierno se ve en este momento.

- Aunque quisiera no podría - Espera ¿qué acabo de decir? Ni que me gustara o algo.

- Me alegro - Me cogió de la mano y comenzó a acariciarla, yo hice lo mismo y así llegamos al hospital, entre risas y caricias.

Me quedé esperando a que terminaran de examirnarlo y de su habitación salió un doctor.

- ¿Cómo está Ryan? - Pregunté preocupado por su estado, eso había sido mi culpa.

- Las tijeras casi rompen sus tendones pero por suerte no lo lograron, tendrá que estar en reposo un mes con la pierna escayolada - Abrí mi boca perplejo - ¿Estás bien chico? - Supongo que se preocupó al verme empalidecer.

- ¿1 mes? ¿escayolado? - Me puse de cuclillas en el suelo y me llevé las manos a la cabeza.

- Ha preguntado por ti, deberías ir a verle - Me levanté lentamente y me dirigí hacia su habitación, ahora ¿con qué cara le miro?

Ryan (+18 - Gay)Where stories live. Discover now