08. Omega

1.6K 223 69
                                    

–Alfa, quédese otro rato. Es una noche hermosa. Podemos comer al rato.– El omega se acomodó de nuevo en el pecho del alfa. Los dos estaban acostados en la hamaca del patio trasero. Tenían una visión clara del cielo. Solo que uno de ellos si está disfrutando el cielo.

–Jungkook, ya tenemos tiempo aquí afuera. Se está poniendo fresco y no te has alimentado adecuadamente.– El alfa trato de razonar con él. Jin miro hacia el cielo que apenas se estaba llenando de estrellas. Que noche tan bella y placentera. Suspiro cansado. Se quería dar por vencido. No sabía qué hacer con el omega. Su esposa regresaba mañana por la tarde y el omega quería toda su atención. Jungkook no era fácil de lidiar estos días. Se ponía caprichoso con él.

–Alfa, ¿por favor? Usted está calientito. Y a nuestro cachorro le encanta tenerlo cerca. Nos complace, alfa.

Jin no sabía si creerle. No sabía si era una excusa de su parte o si, en verdad, le hacía bien al cachorro. Quería creerle. Especialmente cuando tenía esa sonrisa inocente y juvenil.

–Jungkook, tienes que comer. No quiero ser grosero contigo. Ya hablamos de esto. No quiero tener que seguir corrigiéndote cuando me llames "alfa" o digas "nuestro cachorro". A tu hermana, mi omega, no le gustara para nada. No quiero tener problemas con ella, ni contigo. Por favor, basta.

La situación de ser el alfa del pequeño omega lo había estresado. Era incómodo para él conllevar una relación sana con el omega. Quizá siempre lo supo pero lo negó porque el omega es muy joven para él. Era una diferencia de edad estrecha entre los dos. A la misma vez, ¿como iba saber cuando el lobo del omega no tuvo presencia hasta su adolescencia? Era imposible saber lo que él era para el omega.

–¿Cómo quiere que actúe? Usted me está empujando lejos. Es mi alfa quiera o no. Ella no es su omega. ¡Yo lo soy! No tiene derecho de hacerme esto. Yo lo amo.– El pequeño omega comenzó a llorar. Jin suspiro y acercó de nuevo a Jungkook contra su pecho. Le hizo caricias para tranquilizarlo. Ya no sabía qué hacer. El pequeño se había afectado después de la confesión. Más porque no le correspondía.

Las cosas entre los dos eran raras, distintas, estos días. Jin trataba de mantener cierta distancia para no seguir hiriendo al omega. Pero Jungkook siempre lo buscaba en cada oportunidad. Las cosas eran difícil de dividir. Quería tenerlo cerca para seguir el embarazo de cerca pero tampoco quería ser importuno. ¿Qué debería hacer? Quizá hablar con su esposa ayudaría pero no sabía cómo lo tomaría. No quería que ella se sintiera rechazada por él o amenizada por el omega. Estaba contra la espada y la pared.

No podía corresponderle a Jungkook. Su confesión, sus palabras habían cambiado las cosas para ellos. Antes se podía hacer el ciego ante el lazo que los unía. Un lazo que pensó era solo por verlo como un hermano pequeño que quería proteger. O quizá sus palabras habían confundido su cabeza y su corazón. No sabía qué hacer. Tenía que hacerlo entender que las cosas no cambiarían entre ellos. El estaba casado con Jennie.

–Vamos a comer– repitió. Esta vez fue obediente a sus palabras. No sabía qué haría cuando regresara Jennie pero esto no podía continuar así. Tenía que cuidar de ella, cómo cuidar de él. ¿Cómo hacerlo sin empezar una guerra entre omegas?


–Duerma conmigo, ¿por favor? Ya no le preguntaré más. Ya se que noona es celosa. Solo hoy– hizo una tierna carita al cual no se le podía negar. Esto no iba por buen camino. El alfa sabía que él mismo lo estaba malcriando.

–Iré a cambiarme de ropa.

Esperaba que Jungkook quedara dormido durante el tiempo que tomará en regresar. Pero sabía que aunque prolonga el tiempo, Jungkook esperaría por él. Aún así se tomó su tiempo antes de regresar a la habitación de huéspedes.

Situación Desastrosa Where stories live. Discover now