13. Pensamientos

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Los dos lobos se encontraban acostados en la cama del omega. El alfa lo tenía entre sus brazos dándole mimos al pequeño omega. La escena sería cálida si no fuera por la sombra pesada que se sentía entre ellos. Anoche las cosas surgieron tan repentinamente que no tuvieron tiempo de asimilar lo que pasó. Ahora los dos se encontraban callados, los dos pensando en lo que debían hacer.

La situación fue incómoda, fue abrupta. Todo estaba mal y no había manera de hacerlo parecer algo inocente. Ninguno de los dos era inocente en esta situación, los dos sabían de su error. Los dos quizá no pensaron bien las cosas en el momento pero era algo obvio— alguien saldría herido, ese alguien era Jennie. Jin se sentía culpable por no controlarse, no pudo negarse ante el aroma dulce de su omega. Al final fue los aromas que los delató, el aire estaba cargado de sus aromas mezcladas y no era un aroma inocente, estaba cargado de sexo.

Los dos habían estado sorprendidos por la repentina presencia de Jennie. En realidad, no los tuvo que tomar por sorpresa, los dos sabían que podía ocurrir estando juntos. Lo que no esperaban fue que fuera su primera vez. Jennie supuestamente estaba bien dormida.

¿Que iban hacer?

La omega se encontraba en su trabajo como lo hacía normalmente pero su mente estaba envuelta en los acontecimientos de anoche. Jennie necesitaba distancia para aclarar su mente y evadir romperles la cara. No podía estar en la misma habitación y mucho menos el mismo hogar sin hacer reclamos. En su estado no sabía de lo que era capaz, tenía temor de lo que podría llegar hacer. Su mente podía crear varias escenas en donde ella descargaba su enojo, ni una era satisfactoria.

Ella nunca se imaginó en esta situación, ahora todo era un desastre, era tan torcido y asqueroso a sus ojos. Su esposo, Jin, la traicionó con su hermano, el niño que cuido como un hijo. Esas razones eran suficiente para llenarla de iría, decepción, el sentimiento de abandono era fuerte pero su ira era peor. En la mañana mantuvo distancia por el dolor que sentía, por la traición que era algo indudable. Ante sus ojos los temores e inseguridades que tenía fueron válidos— Jin la cambio por un omega fértil y joven. No podía competir con eso.

¿Que iba hacer? No tenía la menor idea, solo tenía miles de preguntas por su cabeza que eran más fácil ignorar por el momento. Ignorar lo que quiere negar ver. Al final llegar a descubrir la cruel verdad pero ya estaba todo confirmado, ¿no?

Ella había confiado en su esposo, y más en su hermano— quien era sangre de su sangre. Los dos hombres la conocían por años y decían amarla. Todo ahora se siente como una gran mentira. ¿Si no podía confiar en ellos dos, en quien? La respuesta era a nadie. Ella estaba destinada para acabar sola, sólo podía depender de sí misma. Sola, eso no era vida.

¿Y si se equivocó?

¿Había una posibilidad de que se haya equivocado? Quería creer en los votos de su alfa, creer en él plenamente.

Sus celos e inseguridades estaban a flor de piel, quizá hacerla ver algo falso. En realidad no miro nada, solo el olor de lobos en celo percibió desde su cuarto. Entonces, ¿cómo era posible para Jungkook? No era posible, él ya está embarazado. Los omegas entran en celo para facilitar la procreación, era información básica que todo lobo sabía pero no justificaba el aroma.

¿Por que? ¿Las hormonas? Tenía sentido, los doctores siempre dicen que el cuerpo de uno experimenta cambios durante los embarazos. Había ciencia detrás de esto, la había y ella pensaba lo peor. Jin no le haría algo así, al menos, no con su hermano.

Entonces, ella debía estar equivocada, su esposo solo fue a calmar al omega durante un episodio justificado por el embarazo. Las hormonas de Kookie estarían arriba, abajo durante este tiempo, así que ella brincó a conclusiones, lo peor es que no dejó que hablara Jin para defenderse. Ella hablaría con él cuando llegara a casa. Quizá hasta se disculpará con él por sus celos ciegos. Aclararía las cosas con él y escucharía lo que le tenía que decir. Quizá en un par de años se reirán por lo tonta y inmadura que fue. Solo tenía que llegar a casa y hablar con él, las cosas mejorarían.

Situación Desastrosa Where stories live. Discover now