Iniciar.

949 132 3
                                    

Caminaba por los pasillos con su habitual mirada seria y las manos en los bolsillos, apenas había empezado el invierno y ya estaba haciendo demasiado frío. Al menos el colegio les dejaba llevar un abrigo por sobre el uniforme para así cubrirse del frío.

Suspiró una vez más notando al resto de estudiantes que llevaban vasos de café en la mano y cubiertos por alguna que otra manta. A lo lejos visualizó a una bolita de color celeste y cabellera azabache. Sonrió.

—¡Jeon Jungkook! —Gritó llamando la atención de algunos estudiantes que le miraron como si estuviera loco, volvió a reír dejando ver esas rosaditas encías. El nombrado giró y empezó a caminar en dirección a su mayor.

—¡Min Yoongi! —Gritó a su vez mientras se acercaba a pasos lentos. Una vez estuvieron frente a frente se sonrieron antes de abrazarse—. Bonita forma de llamar la atención.

El rubio rió.

—Bonita forma de seguirme el retraso —Se mofó Yoongi con una risita coqueta tomando la mano del menor para así empezar a caminar.

Esa era su rutina de todos los días, gritar sus nombres por los pasillos para luego tomarse de las manos y caminar a su respectivas clases; aunque estaban en salones distintos tomando en cuenta la diferencia de edades se les hacía agradable caminar juntos por los pasillos. Aunque todo el mundo pensara otra cosa, ellos solo eran mejores amigos.

Mejores amigos que también eran novios.

🍃🍃🍃

—Al fin llegas, ya me estaba cansando de esperarte —Recriminó Jungkook haciendo un puchero impaciente—. Incluso mi café ya está frío —Señaló el vaso plástico que estaba encima de la mesa.

Yoongi se rió dejando su mochila encima de la redonda mesa antes de tomar asiento en la silla junto al menor.

—Estuve arreglando unas cosas con el profesor —Se encogió de hombros mientras se acercaba al menor—. Además, nadie te manda a ser impaciente.

Un toquecito tierno en la nariz de Jeon se hizo presente provocando dulces risas en el mismo. Yoongi amaba la manera en la que Jungkook se reía: Arrugando la nariz hacia arriba, dejando ver sus dientecitos infantiles parecidos a los de un lindo roedor, de como sus ojos se achicaban un poquito más y empezaba a golpear con su palma cualquier superficie plana. La risa de Jeon Jungkook era un sonido tan melifluo que Yoongi pensaba que no debería ser real; que era un ángel caído del cielo.

Así era.

—Es que te extrañé —Se excusó abrazando la fina cintura del rubio. Deleitándose con tener su delgado cuerpo entre sus brazos.

El rubio se dejó hacer besando cortamente la mejilla. Besos cortos y repetitivos hasta llegar a sus labios.

Y allí dejó uno duradero. Suave y armonioso, la danza perfecta de sus labios, todos sus sentimientos transmitidos en un simple roce.

Eso solo era el inicio de algo tan hermoso y efímero como la nieve.

KILLING ME. ─KOOKGI !Donde viven las historias. Descúbrelo ahora