KILLING ME. ─KOOKGI !

Tristeza.

Habían pasado dos meses desde aquella dolorosa ruptura, estaba desconectado del mundo. Porque le dolía demasiado pensar en Yoongi con alguien más.

Siendo amado. Valorado. Respetado.

Alguien dándole todo lo que él no pudo. Ese sentimiento agrio de impotencia calando en su ser con fuerza, queriendo arrastrarse en su miseria.

Fue un egoísta e ignoró las lágrimas de quien amaba.

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El chico de blanca tez estaba mirándolo fijamente. Sus hermosos ojos empapados de lágrimas y su cuerpo sacudiéndose violentamente producto de los espasmos, en su mirada se podía leer la decepción.

—Yoongi... —Susurró con voz lastimosa.

—¡No! Siempre es lo mismo, haces las cosas y te disculpas creyendo que puede arreglar todo. Jungkook... Esto no da para más realmente —Musitó girando la mirada y al conocerlo también supo que ese gesto significaba que estaba inseguro de lo que decía —. Nuestra relación está acabada. Ambos lo sabemos pero seguimos tratando de no hundirla, aún si eso ya sucedió hace demasiado tiempo, entiende, te amo.

—Entonces... ¿por qué haces esto?

Silencio.

Siempre era el silencio que predominaba después de las discusiones, el incómodo silencio que los invadía hasta ahogarlos. Nunca había una respuesta concreta.

—Porque sé que tú no me amas.

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Dio una calada al cigarrillo expulsando el humo por la nariz, viendo como las luces de Seúl brillaban a pesar de estar de madrugada. Jungkook sonrió pensando que a Yoongi le hubiese gustado contemplar ese paisaje.

Y su corazón se oprimió de saberlo.

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—Hyung, vas a enfermar si sigues allí —Dijo Jimin saliendo al balcón mirando con seriedad a su mayor quien sostenía una taza de café en una mano y en la otra un cigarrillo.

—Lo sé. Pero la noche es hermosa ¿no crees? —Preguntó el pálido con la voz casi perdida. Sus ojos se movieron hasta el menor, estos estaban apagados y sin alegría alguna—. A Jungkook le hubiera encantado tomar una foto en este momento.

Jimin asintió preocupado. Sabía que la herida estaba allí y siempre tuvo cuidado de no tocarla demás para evitar herir a su bello hyung.

—Si ambos se amaban tanto como profetizaban siempre que los veía, ¿por qué su relación terminó?

El pelinegro suspiró sonriendo con melancolía.

—Jimin, el amor no es todo lo que sostiene una relación, lastimosamente eso era lo único que nosotros teníamos.