III

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Liam se despertó al rededor de tres veces, y en cada de esas tres veces, solo duraba unos cuantos segundos consciente. Lo poco que alcanzó a ver u oler, es que estaba en un auto, en una camioneta para ser exactos.

"Todo huele a ti, carajo" susurró con molestia una de las tantas veces que se despertó. No sentía dolor pero si se sentía cansado.

Esa vez escuchó como su acompañante se reía.

"Cállate beta inútil y goza de mi olor" había respondido mientras que Liam trató de gruñir. Claro que sin éxito.

Dejó de escuchar él zumbido del motor, dejó de escuchar la respiración de su acompañante y se concentró en otra cosa.

Los latidos de su corazón y el aroma que desprendía ese lugar.

Tenía tanto sueño que sus párpados se comenzaron a cerrar. Si Liam estuvieran realmente consciente y no pareciera que estuviera drogado, se golpearía una y otra vez al suspirar él aroma de ese lugar. Todo eso le daba sueño, le tranquilizaba. Y él estaba seguro que tal vez, solo tal vez, era a causa del accidente. A lo mejor se había golpeado tanto en la cabeza que ahora ya estaba delirando.

Se volvió dejar llevar por la tranquilidad, escuchando atentamente los suaves y tranquilos latidos de corazón de la quimera.

Si, definitivamente Liam se había golpeado duro contra la cabeza. ¿Cómo era posible que se sintiera tan tranquilo con tan solo escuchar esos latidos? ¿o cómo era posible que a Liam no le desagradara él aroma? No, no era posible, Liam se había golpeado y ahora mismo no era él. Seguramente cuando despierte se reirá de si mismo. Solo él esperaba que la estúpida quimera no se hubiera dado cuenta.

Cuando por fin Liam despertó, estaba hecho mierda. Reconoció el lugar donde se encontraba. La veterinaria.

"Que bueno que estas bien" la voz de Lydia sonó preocupada y aliviada.

Liam se sentó en la mesa y trató de mirar a todos lados, aún veía borroso.

"Debes de tener cuidado, Liam. A penas te estas curando" la voz de Deaton sonó a un lado de él.

Liam cerró y abrió los ojos unas cuantas veces hasta que aclaró su vista. Y si, el estaba en la veterinaria, Lydia estaba frente a él con lágrimas en los ojos y Deaton a su lado, mirando las heridas que tenía.

Con la mano temblorosa, se tocó las heridas de su abdomen, sorprendentemente no le dolía nada, y cuando se dio cuenta ya estaban cicatrizando.

"Lo siento tanto, Liam" murmuró Lydia. Liam trató de no enojarse, no era culpa de ella y Liam lo sabía. Así que sonrió.

"Ni un día a pasado desde que Scott se fue y ya me busqué problemas" bromeó "Soy irresistible"

Lydia se rió y abrazó al beta. Las heridas habían cicatrizando y solo se sentía débil.

Cuando Lydia deshizo él abrazo, él beta se quedó quieto, muy quieto. Podía escuchar él latir de un corazón al otro lado de la pared y entonces se dio cuenta del aroma.

Con las cejas fruncidas se puso de pie y comenzó a caminar hacia la entrada.

"Liam no creo que quieras..." pero la voz de Deaton no lo detuvo.

Ser detuvo en la puerta, ahí, en la sala, estaba él. Se encontraba sentado, muy relajado, sus ojos estaban cerrados y tenia sus brazos cruzados sobre él pecho. A Liam se le acelero por un segundo él pulso. Y entonces se enojo.

Se enojó de verlo, se enojó porque siempre aparecía cuando Liam estaba a punto de morir. Se enojó de que estuviera tan tranquilo.

"Te vas a quedar todo él día ahí o me darás las gracias" Liam parpadeo varias veces. El juraba que Theo dormía y de un momento a otro lado la sonrisa que Liam tanto odiaba, la sonrisa de burla que solo Theo Raeken sabía hacer, se había incrustado en su estúpido rostro.

Estúpidos Sentimientos (Thiam) SIN EDITARWhere stories live. Discover now