05| lee minho

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La fiesta había sido un completo desastre.

El "vamos a darnos en la pera" de Jisung y Chan nunca había sido tan real como esa noche, en la que Minho y Woojin tuvieron que encargarse de ellos porque los otros tres chicos estaban también, bastante borrachos, como para notar que sucedía a su alrededor.

El mayor de todos dijo que llevaría al australiano casi inconsciente a su casa y lo cuidaría hasta la mañana siguiente; y Minho no tuvo más remedio que hacer lo mismo con Jisung, pero ellos vivían juntos.

-Vamos, Sungie-se quejó mientras intentaba meter al auto el cuerpo pesado de Han-. Colaborá un poquito. Encima que te tomás hasta el agua de la pecera, elegís parecer medio muerto.

Una vez logró entrar, subió al auto y comenzó a conducir, ignorando las incoherencias que decía el peliazul en completo estado de embriaguez.

-Minho.

El nombrado volteó para ver al dueño de aquella voz. Jisung lo observaba serio, con sus bonitos ojos oscuros sobre él, como si lo analizara profundamente.

-¿Qué pasa?

-Me gustás mucho.

-Cada día me sorprendés más-rió bajito y volvió su vista al camino-. Estás borracho.

-¿Y? Igual me gustás, siento que estoy viendo quince Minhos por el mareo-comenzó a reír a carcajadas, sin sacarle los ojos de encima a Lee-. Esto debe ser el cielo.

-Estás borracho, mejor callate.

-Que mala onda.

Jisung hizo caso al pedido de su mayor y no habló más. Tampoco es que pudiera, pues se durmió al instante luego de sentir los movimientos suaves del auto. Recién volvió a reaccionar cuando sintió que Minho lo colocaba en su cama con sumo cuidado.

-¿Dónde está Taewoo?-fue lo primero que logró preguntar; bastante tonto, pensó.

-En casa de mis tíos-respondió Lee mientras le quitaba los zapatos, y la remera, para luego cubrir su cuerpo con una frazada-. Ya podés dormir.

-No quiero dormir.

-Mañana va a dolerte la cabeza, y la panza seguramente. Ahora descansá, Jisungie.

-¿Podés acostarte conmigo?

Los ojitos de Jisung estaban casi cerrados, y su voz era suave y dulce. A Minho le resultaría imposible decirle que no.

Sin responder, hizo un lugarcito en la cama que Han usaba para dormir y se colocó allí, sobre el pecho desnudo y tibio del menor. Inspiró profundamente el aroma del contrario y cerró sus ojos, a la vez que sentía las manos de Jisung posarse en su espalda.

-Gracias, bebé.



MADRUGADA ━ HANKNOWDonde viven las historias. Descúbrelo ahora