12| lee minho

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A las cuatro de la madrugada, unos leves golpes resonaron en toda la casa de Minho. Eran suaves, pero en el silencio que rodeaba a la familia en aquél momento de la noche, se oyeron claros y decididos.

Minho dejó su cama lo más rápido que pudo y se acercó en puntitas de piel al lugar del que venía el ruido. Tomó la manija de la puerta y, repentinamente, su mano comenzó a temblar y su corazón a ir más rápido.

La abrió y no alcanzó a decir palabra alguna; Jisung ya lo envolvía entre sus brazos con toda la fuerza que tenía.

-No paró ningún colectivo, así que pedí un uber -dijo aún sin soltar al mayor.

Lo había extrañado mucho. Jisung era tan mágico y lleno de luz, y había sido capaz de pintar con miles de colores el lienzo blanco que era Minho. Se complementaban perfectamente, como si desde un principio hubiese hecho para ser así.

-Gracias.

La voz suave y bajita de Minho derritió a Jisung. Tan tierna y dulce.

Ambos se sonrieron y luego de un rato, se dirigieron a la habitación del mayor.

-Tengo mucho sueño, Sungie -dijo en un susurro, sentándose en la cama-. No dormí mucho estos días.

-Y vamos a dormir, bebé.

Ayudó a Lee a meterse bajo las sábanas y luego de sacarse la remera, se acostó junto a él.

-Mi viejo casi me mata cuando vio que me iba tan tarde -rió y miró al mayor-. Pero me fui igual porqur mi bebé vale todas las cagadas a pedo del mundo.

Minho rió y se acurrucó contra Han.

-¿Me abrazas?

Jisung no contestó y apegó a su pecho al pequeño ser que tenía a su lado. Lee sonrió satisfecho y apoyó su manito en Jisung. Repentinamente, sus ojos se sentían sumamente cansados y no tardó mucho en caer rendido a los mimos del menor en su espalda baja.

Definitivamente había extrañado mucho a Sungie.

MADRUGADA ━ HANKNOWWhere stories live. Discover now