01: Sideways and One Minute.

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De Rodillas en la cripta de ese panteón tan ostentosamente decorado y bañado en mármol blanco,  entre las sonatas del viento llevándose sus lamentos,  un hombre de cabellera larga tan platina casi llegando al mismo blanco,  llevaba sus manos enguantadas de negro a su pálido y bien perfilado rostro en una clara señal de desespero por la tristeza que con que se clavaba tan a fondo en su pecho,  de la pérdida,  la pérdida de quien por segunda vez amo. 

Era primavera de esas que irónicamente a pesar de tu estado tan pesimista el sol te golpeaba a la cara saludandote de la manera más calida.

Draco Lucius Malfoy un hombre de 37 años de edad,  padre enviudado, Ex- Mortifago,  coleccionista de objetos oscuros solo por mero pasatiempo,  una de las cosas buenas que heredo de su padre,  a  pesar de todo a pesar de que en el pasado fue alguien que tomo muy malas decisiones cuando era tan solo un niño,  finalmente pudo conseguir una vida perfecta y tranquila  como había querido siempre, solo con sus seres más queridos que le quedaban en la tierra,  Su madre  Narcissa Malfoy y su pequeño tesoro Scorpius Hyperion Malfoy la pequeña luz de sus ojos.

Su padre Lucius,  había fallecido el año pasado por la vejez y su edad muy avanzada,  su madre aún se recuperaba de la pérdida de su esposo llenando el vacío con existencial con su nieto e hijo,  Draco hacia todo lo posible para mantener a su querida madre feliz y que no pasase esos feos episodios que le alteraban.

A esa edad su madre tenia las repercusiones de la guerra mágica que había pasado más de 10 años,  a veces se despertaba en medio de la noche gritando y exaltada.

Los medimagos decían que era algo normal en algunos y era lo mejor mantenerla medicada,  pero a Draco le dolia tanto,  se daba cuenta que su madre mejoraba tanto cuando Scorpius estaba en casa en las vacaciones,  él era el pequeño ángel que iluminaba sus vidas cada día,  la razón de su existir.

Ya faltaba tan poco para tenerlo de vuelta con ellos cuando saliese de su Quinto año en Hogwarts,  ya era todo un atractivo jovencito de 15 años,  según sabía por las cartas que le mandaba cada semana,  estaba tan muy a gusto con el hijo de  Potter,  Albus,  algo tan irónico su pequeño había logrado lo que él nunca pudo. 

Ser amigo de un Potter.

Se levanta de aquella cripta y deja ese ramo de Rosas blancas tan bien cuidadas en el centro.

Por una última vez antes de partir,  pasa sus pupilas ante el grabado del nombre y la  leyenda pugna una sonrisa con añoranza y melancolía en él. 

« Astoria Malfoy,  Esposa,  Madre, Hermana,  Amiga.
1, 981—2,015. »

— Lo estoy haciendo bien, querida,  nuestro hijo es todo lo que soñamos alguna vez, la mayoría del tiempo te  extraña mucho,  asi como lo hago yo... — Su voz había sido casi ahogada apreto sus labios en una fina línea palida para no llorar más.  – Volveré a visitarte en la otra semana y traere esas flores que tanto te gustan.  — Limpio con el dorso de su mano derecha las lágrimas traviesas que estaban por salir y se da media vuelta para comenzar a caminar hacia el plano pasto de aquel cementerio en una tarde tan fresca  y soleada. 

No se espero en ese preciso momento poder ver una cabellera azabache a unos metros de distancia,  acompañado de una azul clara que lentamente iba cambiando a una más gris,  ambos frente dos tumbas y las lágrimas de alguien sollozando llegaba a sus oidos,  Draco se paro en en seco,  mientras sus ocelos se quedaban suspendidos en la panorámica que tenía al frente,  el mayor parecía alentar y consolar al joven chico en un semi abrazo mientras le besaba los cabellos con cariño y también contenía sus lágrimas por los cristales de sus gafas.

HP Shipps  - One Shots.Where stories live. Discover now