11: Bittersweet Tragedy.

1.8K 36 3
                                    

Puede que sea una reina, que tenga todo cuando quiero, a través de los años y mi vida siempre me forre de riquezas y belleza, lo tengo todo cuando quiero... todo... menos a ti, jamás a ti...

Exactamente el tiempo se fue tan rápido desde que te deje ir, con ella, con esa mojigata que nada en nuestra historia pintaba, tres años, tres años desde que me destrozaste el corazón en pedazos, yo me creo ser fuerte, ser dura, ser frívola y helada como lo pesa mi apellido, como lo hace ver el frío y ese veneno instalado en mis venas, cuál intachable orgullo verde y plata cuál mis pasos trazaron el imperio de mi adolescencia, junto contigo mi primer y único amor, una vil mentira, nunca para mi fuiste un capricho.

England, London Magic 2, 001.

Hacia más de 3 horas que habíamos llegado a través del traslador abandonando Roma, Italia, mi escondite entre mi miserable dolor cuando hui de todo lo que me recordaba a ti, tal vez y puede que sea cierto soy una cobarde débil, pero lo necesitaba había sido la salida más fácil en mi hoyo oscuro indeleble aferrándome a esos brazos fuertes y morenos de mi mejor amigo Blaise Zabini, era mi gancho en este cruel mundo que mucha cuchillas me había clavado.

A pesar del vestido sobrio oscuro que llevaba, cuales labios color carmín me acompañaban, mi cabello había crecido tan sedoso hasta la cintura sin dejar el azabache tan oscuro que me caracterizaba, mis ocelos tan esmeraldas incandescentes como un manojo de nervios captando cada movimiento sintiendo el cosquilleo conocido de los nervios recorrer mi espina dorsal, juraba por Morgana misma que ya comenzaba a hiperventilar, tanto que ignoraba de la manera más olímpica las miradas lascivas que me echaban los comensales del local que nos encontrábamos.

— Merlín Pans, tranquilízate, es solo al cabron de Malfoy a quien veremos, no es para tanto.— Era la voz de Zabini exasperado mientras rodaba sus castaños dando otro sorbo más de su vino.

Desvíe mis verdes con una mirada furibunda ni porque estuviera jodidamente bueno con ese traje de diseñador entallado haciendo juego con mi vestido le quitaba lo estúpido, era claro para los demás y toda la sociedad mágica que estábamos juntos como pareja, pero más bien era una relación tácita de previo acuerdo, no había más que pasión pero más allá ¿ Amor?, No mi corazón le pertenecía a un solo hombre aunque me lo había destrozado.

 —Jodete Blaise, no es solo Malfoy... esto es una tortura para mi y más que se va a casar en unos malditos días con ella... —Me corte con la voz afectada no quería hacer una buena escena en este ostentoso lugar.

El moreno no pudo responder más o si lo hizo no me di cuenta alguna, porque en ese instante mi corazón se detuvo tanto como mi respiración cuando aquella cabeza plateada inconfundible hizo acto de presencia a unos metros, era cierto que los años le hacían bien a los demás, pero a Draco... era mil veces mucho más atractivo que antes, aquellos ojos de color mercurio seguían tal y como los recordaba desde que tenia uso de razón, sus facciones aristocráticas más pulidas, más perfectas que derretirían o en dado caso congelarían a cualquiera, a sus 20 años era tan atractivo que no se podría describir con palabras... era como volver enamorarse de nuevo aunque doliese.

Me dedique por esos lagos segundos a estudiar sus expresiones detrás de la máscara helada que se resguardaba, era consciente de que todos se quedaban sin habla al verlo pasar, porque joder, Draco Malfoy era la perfección hecha hombre.... elegante, un maldito ángel.

 —Parkinson, Zabini, que gusto verlos después de tanto tiempo.—  Se había acercado con ese tono educado escondiendo la sorpresa con el gusto de vernos ahí a su lado después de tanto tiempo, al final ninguno termino en buenos términos.

HP Shipps  - One Shots.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora